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Sun Axelsson y Nicanor Parra
La escritora sueca Sun Axelsson y el poeta chileno Nicanor Parra.
 

23 de marzo de 2015 | LITERATURA |

Las musas de Nicanor Parra

Varios escritores chilenos han querido desempolvar los lados no conocidos del poeta  Nicanor Parra. 

Esta historia llegó a mis manos contada una noche por uno de los pocos escritores que se han atrevido a narrar historias tan alucinantes transportando al lector a mundos imaginarios. Solo citar dos libros, “Allende el retorno” y “La novia de Borges”.

 

Por: Eduardo Embry Castro

Pero para ser más claros aún, llegué a conocer a este escritor y cronista en su célebre cuento  “Memorias Eróticas de un chileno en Suecia”.  Me refiero al escritor Omar Pérez Santiago.

Por razones del oficio de escritor, nuestro amigo llegó a la ciudad de Quilpué invitado por la municipalidad. Por mi parte, sería el moderador de aquella visita. Por razones que no recuerdo, seguramente, lo tarde que terminó dicha actividad, lo invitamos a quedarse en nuestro departamento junto con otros escritores. Esa noche, por primera vez, escuchaba el nombre de Sun Axelsson de nacionalidad sueca. Era una mujer con mucha personalidad, atractiva, deslumbrante y muy conocedora de aquella época del movimiento literario en Chile. Decía Omar Pérez.

Ahora bien, la historia de Parra comienza con una invitación que les hace llegar el Gobierno Sueco, a un selecto grupo de escritores chilenos. Esta invitación consistía en visitar la ciudad de Estocolmo y encontrase con escritores suecos. Dicen los más cercanos, el encuentro de Sun con Parra fue un amor a primera vista.

Luego de haber estado unos días en Estocolmo. La comitiva chilena se vino de regreso a Chile. Con el intento de volver a visitar al anti poeta, Sun a la semana siguiente toma un avión rumbo a Santiago de Chile.

Con el tiempo esta relación se convertiría en una obsesión de parte del poeta Nicanor Parra. Sun Axelsson, en su libro “La estación de la noche”, se encarga de revelar los malos tratos que tuvo de parte del poeta.

“Parra era un celoso convulsivo, me castigaba y me dejaba encerrada para que no conociera a nadie”.

 

Al pasar el tiempo, los amigos escritores conocían esta realidad, pero muchos se quedaban en silencio. Por razones que desconozco, el consulado sueco se entera de esta situación. Una mañana aparecen en el departamento de Parra enviándola de vuelta a su país de origen.

Para la comunidad de escritores suecos, este inconveniente les quedó por siempre. Muchos decían que Parra era uno de los candidatos favoritos para postular al Nobel. Parra no logró recibir el apreciado reconocimiento que otorga la Academia Sueca. Pero, después de 50 años, es reconocido por la Academia Española y recibe uno de los reconocimientos más notable de su larga y prolífica obra, el Premio Cervantes.

Hay algo siniestro en Nicanor Parra, este matemático extravagante. A los setenta años, nuevamente conoce el amor, aparece en su vida Nury Tuca. La definían como una hippie hermosa, rubia, admiradora de la obra de Parra. Llega a su vida como un espíritu libre y se va del mismo modo. Murió en la puerta del jardín de la casa ubicada en Las Cruces cerca de Cartagena.

La muerte de Nury lo hace pensar, y cae en una soledad absoluta. En eso aparece la obra magistral, “El hombre Imaginario”. Simplemente, Nicanor no se soporta y trasforma su vida afectiva en un lobo solitario.

“El Hombre Imaginario”, es una creación que se inspiró en “El obrero textil “, “aquella joven inexplicable”. Muchos están de acuerdo, sería Nury Tuca, su última esposa la inspiradora del magistral poema.

“El Hombre Imaginario”

"Sombras imaginarias vienen por el camino imaginario entonando canciones imaginarias a la muerte del sol imaginario Y en las noches de luna imaginaria sueña con la mujer imaginaria que le brindó su amor imaginario vuelve a sentir ese mismo dolor ese mismo placer imaginario y vuelve a palpitar el corazón del hombre imaginario".

¡Notable!

 

 

 

Poema completo:

Katerina Choul
EL HOMBRE IMAGINARIO

 

El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario

De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios

Todas las tardes tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios

Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario

Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario

 

 

 

 

 

 

 

Nota anterior:

"Víctor Jara - Una guitarra, no un fusil"

 

 


   
 
 
 
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