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Lars Vilks. Foto: Mathiasengman.blogg.se
 

07 de enero 2011 - CULTURA - ARTE

¿Quién introdujo a Lars Vilks en el Mundo del Arte?

Una parte del Mundo del Arte pone de manifiesto sistemas ocultos, conclaves e injusticias y otra parte de dicho mundo está plena de embusteros y bufones. La categoría ”embusteros” es bastante amplia, aquí entrarían los engañadores que venden ”gatos por liebres”, abusan de la credulidad de la gente y se tiran en el paracaídas de la libertad de expresión. También entran los políticos frustrados que manipulan y utilizan las reglas del Mundo del Arte para hacer propaganda, tal es el caso de una estudiante de arte en Estocolmo que quiso a grandes rasgos denunciar en subjetivo las fallas del sistema psiquiátrico sueco o del excéntrico Lars Vilks con su anticuado discurso anti-musulmán . La calidad de la obra en ambos casos es muy precaria y sin embargo nos preguntamos como éste último embustero y bufón logra tener tanta atención mediática.

Por Estoardo Barrios Carrillo

El llamado Mundo Del Arte, postulado teórico que rige en nuestra época y determina qué es arte, a grandes rasgos consiste en la ruptura que alrededor del comienzo de los setenta dos filósofos occidentales teorizan sobre el arte; Danto y Dickie. Se trata de la clasificación de los objetos como obras de arte solamente en el contexto de las prácticas institucionales y sociales que introducen dichos objetos o no, en lo que se ha establecido como el Mundo del Arte. O sea que son los museos, galerías, críticos etc. quienes hacen la obra de arte pues ellos (léase representantes de las instituciones culturales) deciden qué se expone como obra de arte. Aquí está el dilema del asunto, ya que en una combinación muy desdichada de falta de razón estética, gusto y una creencia casi fanática de que en el Occidente la libertad de expresión nos permite sentirnos superiores a otras culturas, los burócratas de la cultura le dan tribuna a mucho embustero y por supuesto a algunos bufones también. Aquí, en un afán consumista se olvidan - o no saben - cual es el fundamento esencial del arte, o sea, la capacidad que dicha actividad humana tiene para re-elaborar la así llamada Realidad (bien sea individual o colectiva) y por medio de la metáfora ofrecer una nueva experiencia humana que emociona y no tiene explicación. A esto los embusteros le llaman palabrería romántica, pero no es así. Basta con ver, leer o escuchar algo que nos emociona o nos pide que lo volvamos a ver, leer o escuchar para aceptar que hay espacios subjetivos que se escapan de la disección objetiva del intelecto. Es la vivencia estética lo que importa, bien sea individual o colectiva. En este sentido el pensamiento mágico se acerca a la vivencia estética y nos ayuda a conocer por un medio que no tiene nada que ver con la ciencia. El proceso de conocimiento estético a veces no tiene explicación lógica, sino que conmueve.

En el caso de Lars Vilks, su obra artística la introduce él mismo en el Mundo del Arte, por lo tanto no es arte. En 1980 se mete a una reserva natural llamada Kullarberg y sin mandato institucional (o sea, fuera de la teoría institucional del arte de Danto y Dickie) empieza a construir en la playa con maderas y palos una serie de torres, escaleras y pasajes a las que llamó ”Nimis”. El mismo Vilks designa años, más tarde, la obra como un proyecto de arte, pero no es introducido al Mundo del Arte por las instituciones o los críticos, sino más bien la prensa se interesa por el aspecto legal, ya que las autoridades locales cuestionan si está permitido construir de esa manera en la naturaleza. Después de muchos años la comuna le saca provecho a la construcción para atraer turismo y ambas partes salen ganando.

Vilks a su vez apelaba ante las autoridades de que se trata de una obra de ”arte mayor” y no una construcción ni lugar de juegos infantiles, las autoridades apelaban de que en todo caso es una construcción hecha sin permiso y que por lo tanto debe ser retirada. El caso es que la obra llamada Nimis no se puede mostrar en otro lugar, y ni siquiera el tribunal le dio calidad de obra de arte, no obstante la discusión y pleito legal entre Vilks y el tribunal, la clasifica el mismo Vilks como una parte del proyecto artístico. Es de esta manera como el embustero pasa a ser bufón y se enmascara con estas dos posibilidades, según sople el viento. Las torres de madera que hace Vilks han sufrido deterioros pero vuelven a ser reconstruidas en un juego intelectual que entretiene a la prensa y definitivamente que es un pasatiempo para los amantes de lo curioso de la clase media, ya que en una reserva natural no mandan las leyes del hombre sino de la naturaleza. Desde este punto de vista tampoco puede ser considerada la obra Nimis como objeto de arte. Encaja más en las necesidades de un excéntrico que le gusta juntar palos en la playa y de esta forma pasar el tiempo. Los niños también construyen palacios de arena con la arena.

Las caricaturas de Vilks que han causado tanto interés mediático hieren definitivamente a la cultura musulmana, la provocación encaja en el panfleto político, en la lucha de siglos entre dos mundos: Occidente y Oriente, cristianos y musulmanes. Apelar a la libertad de expresión para defender al excéntrico Vilks en este caso es parte de la democracia, no obstante la obra panfletaria no es representativa del sentir del pueblo sueco. Tampoco debemos olvidar que la caricatura como forma de expresión no está considerada como arte, y el encargo lo hizo un periódico y no una institución de arte. Ahora más que nunca se espera del arte contemporáneo una posición ética, una mayor claridad de discernimiento entre lo que puede ser bueno o malo para los esfuerzos por la paz, bienestar e interacción social.

En el caso de las caricaturas de Vilks, la calidad de la forma y línea, así como los conocimientos de perspectiva y volumen son bastante precarios, ojala le hayan dado de regalo de Navidad a Lars Vilks un curso de dibujo.

”Hay demasiados musulmanes en Suecia”, ”voy a enseñar a los musulmanes qué es democracia”, ..”me apoya mucha gente. Debemos acordarnos de que en el fondo el pueblo tiene una fuerte xenofobia de la que no se habla mucho.” Estas declaraciones políticas del excéntrico Lars Vilks le aseguran gratis el abono anual como miembro del partido político a quien está sirviendo y del que una gran mayoría se avergüenza y atemoriza.

 

 
 
 
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