10 de julio de 2011 |EDITORIAL
Prejuicios y catástrofes
Tengo – o tal vez debería decir tenía - un amigo que me dejó perpleja cuando, en una ocasión le conté que la iglesia sueca había aprobado el matrimonio entre dos personas de un mismo sexo. "Si siguen así, pronto van a aprobar el casamiento con los perros", fue su comentario. Anteriormente, en una tertulia en mi casa, un amigo de este amigo, de origen africano, sostuvo que en África no existían homosexuales. Como no le creí su afirmación, me contacté con la organización que cada año organiza el festival del orgullo, Stockholm Pride, y en pocos minutos me tenían el contacto con varias personas que me podían dar su testimonio. Todas de África, todas homosexuales.
Sin embargo, aunque la homofobia de mi amigo era tan marcada, se me había pasado de lado. Creo que, después de lo sucedido en Noruega, todos deberíamos estar atentos a comentarios racistas u homofóbicos y no dejarlos pasar. Como dijo Mona Sahlin en su discurso en la manifestación de apoyo a Noruega, hace algo más de una semana: "Tenemos que tener el coraje de pararlos donde sea, en el bus, en el trabajo, en nuestros hogares".
Y, mientras en Suecia se realiza la parada anual del orgullo, en Chile se hace una demostración en defensa de "los derechos de la familia" y otras parolas que en el fondo esconden una homofobia acérrima.
Suecia es uno de los países más avanzados, respecto a los derechos de la comunidad LGTB, algunos piensan que en este país del norte la semana Pride no se necesita. Por mi parte pienso que tal vez no sea tan necesaria como en otros países, pero nada es tan bueno que no pueda ser mejorarse. Y en Suecia aún quedan muchas cosas por cambiar, las personas transexuales, por ejemplo, luchan por cambiar la ley que obliga a esterilizarse, a una persona que se somete a una operación de cambio de sexo.
La crisis en la economía de EE.UU. tiene a todos los países en ascuas, y el alza de la bolsa obligó a economistas de todo el mundo a trabajar extra este fin de semana. Ignoro donde va a terminar esto, pero estoy segura de que mucho gobiernos van a aprovechar este caos tsunami económico para justificar recortes en los servicios públicos y donde les parezca.
Mientras, en África, millones de personas mueren de hambre. Tal vez uno piense que uno nada puede hacer, pero una forma concreta de ayudar es enviar un mensaje de texto con el texto: TIMME al número 72970 (desde Suecia). Con ello, 50 coronas van directo a la organización Médicos sin Fronteras. Existen muchas más.
Doce millones de personas están siendo afectadas por las sequías en África. La campaña que comenzara el vespertino Aftonbladet ha recolectado, hasta la fecha, diez millones de coronas.
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Marisol Aliaga
Editora responsable
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