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Los niños se desarrollan mediante el juego. Foto: Mary Almgren
 

Noviembre 2010 - EDUCACIÓN

Durante la niñez

Detrás de cada joven agresivo, provocador, hostil, hay un ser con muchos sentimientos que no sabe cómo expresarlos. La joven o el joven callado desea también expresar su bienestar o su malestar y los adultos no comprendemos el origen de este comportamiento. Podemos decir que ese ser no sabe cómo manifestar sus sentimientos, no sabe cómo dar a conocer sus pensamientos ¿No hubo oportunidades en su niñez para expresar su mundo? ¿No fue comprendida o comprendido? Muchas preguntas al respecto nos podemos hacer. Vale la pena introducirnos en el mundo de la comunicación de la niña y del niño, de la expresión corporal de la niña y del niño para ayudar al futuro joven y adulto en su tarea de manifestar o expresar lo que siente, lo que desea. Expresión corporal entendida como totalidad, expresión de todo su ser.

Por Mary Almgren

La intención es proponer ayuda y orientación; reflexionar y trabajar sobre cómo ofrecer a la criatura la oportunidad de expresar sus deseos, su curiosidad, sus pensamientos, su agresividad, sus temores, su angustia, su bienestar. ¿Quién es ella? ¿Quién es él? ¿Cuál es su mundo? Un papá y una mamá con mucho amor, comprensión y paciencia son los que han dado respuestas a tales preguntas. Respuestas en función de la niña y del niño, en su ambiente, en su capacidad, en su niñez.

Expresión de la niña y del niño como totalidad

En todo ser viviente, en particular en el ser humano, la comunicación es una necesidad. Gracias a la comunicación, las personas pueden comprenderse, expresar sus sentimientos, sensaciones, angustias y emociones. Mediante el llanto, el grito, la risa, el movimiento de las manos y expresiones del rostro cada ser se expresa. Por medio del garabateo, es decir sus primeras letras o “dibujos mal hechos” y de los gorgoritos, sonidos y “palabras” que la niña o el niño emite, más adelante con la palabra escrita o verbal, todo ser humano logra comunicarse. Existe en cada individuo la necesidad básica de poder expresarse tal como es y el deseo de que esta expresión, aun si no es compartida, sea comprendida por él o los otros.

Un abrazo, una lágrima, un movimiento del cuerpo, un dibujo, un silencio, un puño cerrado, una leve contracción de brazos, un comerse con los ojos a alguien o clavarle los ojos , son mucho más reveladores que la palabra, cuando ésta no aparece. Así que la expresión corporal propiamente dicha en la etapa de la niñez, tiene el talento de hablar para comunicar, transmitir, desear, persuadir o deleitar.

La comunicación

Diferentes factores influyeron en el hombre prehistórico para que se comunicara por medio de gestos, actitudes y símbolos ya que no conocía la palabra. Se puede decir que cuando el ser humano está en la etapa de la niñez, sucede lo mismo. Al principio, actúa y se mueve exclusivamente para satisfacer su placer funcional de movimiento y supervivencia, pero luego, a medida que se desarrolla crea toda clase de juegos referidos a preguntas e inquietudes a través de acciones, de movimientos, de figuras o dibujos que expresan su mundo infantil. El lenguaje corporal durante la niñez es ‘preverbal' es decir, anticipa toda clase de acción antes que la palabra. Como ejemplo cabe citar la producción de sonidos, gritos, gestos, garabatos, dibujos, pinturas y así sucesivamente, hasta llegar a la palabra.

El juego

Cada niña o niño tiene que actuar en un mundo que no conoce y que le es adverso, concebido prácticamente para los adultos. Las actividades espontáneas realizadas por la niña y por el niño tienen carácter de juego. Desde su cuna, ellos juegan con sus manos, con sus pies, con su manta o cobija, con su peluche y objetos; grita, emite sonidos, pronuncia palabras. Todo ello, es juego. A través del juego crece, explora, transforma, domina, triunfa y evoluciona hacia la adolescencia y la madurez. El carácter esencial del juego es que éste evoluciona libremente hacia la actividad creadora y llega muy lejos en esta evolución. Si pierde el carácter de hacerlo con libertad, el juego deja de ser juego.

Permite a la niña y al niño jugar con sus almohadas para que abrace, apriete y abarque. Dejar que permanezcan algunos momentos en el suelo, sobre una manta, cobija o alfombra también les resulta muy placentero. Durante el baño, cuando ya logra sentarse, dejarlo jugar le divierte y le produce placer. Cuando ya no necesitan dormir durante el día, quieren que su mamá y papá tampoco duerman. Es el momento de lanzar cosa a su alrededor.

Observa cuales son las cualidades de tus niñas y niños. A unos les gusta armar y desarmar, otros se divierten vistiendo y desvistiendo sus muñecas o muñecos, a otros les gusta cantar. Mientras que a algunas niñas o niños les resulta difícil entender los mecanismos de los juguetes, a otros les llena de placer correr, saltar, subir, montarse en cualquier muro o piedra en su camino, a otros les divierte jugar a adultos, imitarlos, usar la ropa de papá y mamá. La tarea del papá y de la mamá consiste en buscar juguetes, objetos, actividades y tareas adecuados a cada caso. Incorpora a tus hijos en las tareas del hogar, esto los ayuda a sentirse útiles y animados.

 

 

 
 
 
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