Este lunes Bienvenido Flores se reunió con la autoridades de la ciudad de Estocolmo y a representantes de la comunidad romaní recientemente emigrada de Rumania, que desea establecerse en Estocolmo-Suecia. En la imagen, una joven rumana, Bienvenido, el "Bulibasha" Brado Stanescu, y Magazín Latino. Foto: Privada.

04 de marzo de 2014 | ENTREVISTA |

Bienvenido Flores: "No olvidemos que todos hemos emigrado"

ESTOCOLMO: Hace tres semanas atrás, la policía desalojó a unas doscientas personas, la mayoría de ellos rumanos, de un campamento ubicado en Högdalen, en las afueras de Estocolmo. Al igual que en otros países europeos, vinieron las grúas y echaron abajo las precarias viviendas.

Algunos se trasladaron a Flemingsberg, en la comuna de Huddinge, mientras que otros aceptaron la oferta de un pasaje de regreso a Rumania.

El sábado 1 de marzo nuevamente tuvieron que mudarse, esta vez a Helenelund, en la comuna de Sollentuna.

Para poder entender más a fondo la situación de los inmigrantes rumanos, Magazín Latino conversó con Bienvenido Flores, un latino nacido en Ecuador quien también llegó a Suecia como inmigrante ilegal. Bienvenido sabe lo que es estar en una situación tan precaria y es por ello que se ha comprometido con la comunidad que pide limosna en las calles de Estocolmo.

 

Por: Marisol Aliaga

 

Todos los hemos visto, las personas que pasan largas horas sentadas en el pavimento de las frías calles de Estocolmo pidiendo "unas moneditas".

Algunos transeúntes abren sus billeteras y les colaboran. Otros pasan frente a ellos mirando para otro lado. A algunos les causa desasosiego y otros reaccionan airadamente.

Entre quienes reaccionan más violentamente están los representantes del partido racista Demócratas de Suecia. Ellos solo quieren cerrar las fronteras y enviar a todos los extranjeros a sus respectivos países solamente con un pasaje de ida. Sobre todo a los mendigos, de los cuales la gran mayoría proviene de Rumania.

Desde hace un tiempo atrás la situación de los habitantes de las favelas suecas ha sido motivo de debates en las redes sociales y en los medios nacionales. Algunos académicos, políticos y autoridades han declarado que es preciso prohibir la mendicidad. Otros han apuntado a que la Unión Europea debería presionar a Rumania, para que se haga cargo de sus ciudadanos.
Sin embargo nadie propone una solución digna.

Entre tanto, la vida de las personas que viven en las villas miseria sigue como siempre. Viven hacinados en chozas, carromatos o algún viejo coche. Durante el día salen a mendigar, y vuelven por las tardes a su campamento sin electricidad, sin calefacción, sin agua potable. En la más completa miseria.

Soportando el invierno sueco que, a pesar de que este año se ha mostrado más benevolente que de costumbre, se caracteriza, como es típico en estas latitudes, por lo inclemente.

A pesar de ello, los habitantes de los campamentos prefieren estar allí, y no en Rumania. Muchos dicen que mantienen a sus hijos o a otros parientes, en su país de origen, con lo que logran reunir en Suecia. Es por eso que aprecian todas las coronas que puedan reunir.

Algunos han llegado acá engañados por gente sin escrúpulos, quienes les han prometido alojamiento y puestos de trabajo. Al llegar a Suecia no han visto ni lo uno ni lo otro, y no se han podido regresar a casa.

En las redes sociales se difunden rumores de que son víctimas de ligas criminales que los hacen mendigar y les quitan todo el dinero que consiguen. Que por eso no hay que darles dinero.

Otros sostienen que son gente floja que no quiere trabajar. Que al darles dinero se les hace más daño.

Ninguna de las dos teorías se ha podido comprobar.

Y por mientras, las personas que viven en las villas miseria de Estocolmo continúan viviendo a la intemperie, arreglándoselas como pueden y sin siquiera enterarse de lo que se dice de ellos.

Porque a las conferencias que tratan el tema de la situación de los inmigrantes europeos no se les invita, a pesar de que ellos son los protagonistas principales.

Y, hasta el momento, no se ve ninguna solución al problema.

 

Lennart Gabrielsson: "Se trata de seres humanos"

A principios de marzo, las personas que vivían en las afueras de Flemigsberg se han trasladado a Helenelund, en la comuna de Sollentuna, hacia el norte de Estocolmo. La razón del cambio fue que la Ejecutoría Fiscal iba a llegar en cualquier momento y arrasar con sus pocas pertenencias. Antes de que esto ocurriera, se mudaron a Helenelund.

Aunque todo hace suponer que también de Helenelund serán desalojados.

Todos saben que el trasladarse de una comuna a otra no es lo correcto, pero hasta el momento no se divisa solución alguna. Lennart Gabrielsson (FP), presidente de la Comisión de Asuntos Sociales de la comuna de Sollentuna, a la cual pertenece Helenelund, quiere que esto se resuelva en conjunto con los distintos municipios de la provincia de Estocolmo. "Este es un problema regional donde la Federación de Comunas de la provincia de Estocolmo debe ayudar, los municipios deben sentarse a conversar acerca de cómo podemos resolver esto", expresó Gabrielsson a Svt.

- Después de todo, se trata de seres humanos, a los cuales los empujamos de un lado a otro, y ellos no van a dejar de existir porque los empujamos de un límite de comuna a otro. Así que, hasta que el Estado rumano asuma una mayor responsabilidad por sus ciudadanos, debemos pensar en cómo hacer frente a esto durante este tiempo. Porque, como ya lo he dicho, es al final una situación irrazonable el desalojarlos y esperar que se trasladen a otro municipio, no es una buena solución, dijo Gabrielsson.

 

 

 

Entrevista a Bienvenido Flores

Bienvenido Flores es trabajador social, ha estado en contacto con el grupo de inmigrantes rumanos desde hace largo tiempo y es quien los representa ante las autoridades suecas y también rumanas. Liberación conversó con él y le pidió que nos explicara más acerca de su compromiso con ellos y la situación de este grupo de personas.

¿Qué es lo que te motivó a comprometerte con este grupo humano?

- Actualmente yo no estoy en la misma situación de ellos, pero tengo la experiencia de haber sido un extranjero ilegal que llegó a este país sin un permiso para quedarse y que tuvo que afrontar las mismas situaciones por las que ellos están pasando: El no tener un lugar donde dormir, el no tener dinero para comer, el no saber cómo sobrevivir el día a día es parte de mi experiencia y es parte de lo que compartimos, como grupos humanos que migramos de un lugar a otro y que sabemos que donde vamos, vamos a iniciar desde cero.

- Eso es lo que me motiva a ayudarles. La otra es la parte humana. Ellos están totalmente fuera del sistema, entonces, si solamente vemos a esas personas sentadas, sin ningún futuro, como crees tú qué vas a reaccionar. En mi caso soy un trabajador social y tengo muchos años de experiencia en trabajar con grupos vulnerables, con grupos empobrecidos en comunidades rurales en Ecuador en la ONG Plan International enfocada en desarrollo comunitario y la niñez.

- También he trabajado en el Centro para Refugiados de la municipalidad de Järfälla, donde diariamente tenía que afrontar ese tipo de preguntas: el integrar en la sociedad a estos nuevos migrantes. Entonces, tengo la experiencia, tengo los estudios, conozco la ley. Para mí no es una pregunta nueva, es solamente poner mis conocimientos al servicio de esta gente que realmente se encuentran en un limbo, a pesar de que tienen un estatus legal de los tres meses que pueden estar en otro país, de acuerdo a lo que determina la migración europea.

 

 

Bienvenido Flores junto a su inseparable perro Ecko, su mejor aliado en su labor de ayuda social. "Ecko es un tipo de perro terapéutico, él sabe que las personas están sufriendo y se acerca a darles aliento y consuelo. Todos quieren apapacharlo y comérselo a besos", dice Bienvenido. Foto: Privada.

 

El primer contacto de Bienvenido con los inmigrantes rumanos se dio luego de una etapa de enfermedad, cuando se encontraba en periodo de convalecencia. En sus paseos urbanos, con su perro Ecko, entró en contacto con Tudor, a quien todos los días le entregaba alguna moneda. Más tarde descubrieron que ambos hablaban español - Tudor había salido de Rumania y vivido 11 años en España - por lo cual se podían entender perfectamente en este idioma.

- Todo lo que ellos estaban pasando yo lo había pasado, solo me faltó el pedir limosna. Se lo dije a Tudor y desde entonces nos veíamos prácticamente todos los días e hicimos una gran amistad. Más tarde, junto a una chica sueca organizamos una ayuda para él y su familia ycuando se fueron les hicimos una fiesta de despedida en un restaurante de la ciudad con muchas personas suecas que coolaboraron para sacarlos de la mendicidad. Entonces se fueron no como personas sufridas, sino como personas dignas de tener un futuro.

 

No obstante, así como Bienvenido ha significado una gran ayuda para este grupo, ellos también han significado mucho para él. Él manifiesta que el contacto con ellos "le devolvió la vida", luego del periodo de enfermedad.

 

- Hay muchos enfoques de por qué hago esto, dice Bienvenido, volviendo a la pregunta de qué es lo que lo motiva. Todos quienes hemos emigrado hemos pasado por situaciones parecidas y todavía estamos en la crisis de ser inmigrantes. A pesar de que ya nos hemos establecido, todavía tenemos memoria de lo que nos ha pasado y de lo que nos ha tocado hacer para sobrevivir. A veces cosas de las que no estamos orgullosos.

 

A mí me ha llamado la atención el hecho de que, entre los extranjeros mismos se alzan voces argumentando que hay que echar a esta gente, que no son responsabilidad de Suecia, etc. ¿Qué opinas al respecto?

- Muchos hablan de los gitanos, pero ahora, en esta nueva migración, no solo tenemos gitanos (romer). Tenemos gente pobre de todos los estratos sociales de Rumania. De los gitanos, que casi serán un 40 %; de los naturales del país, los rudaru, que quizás sea el otro 40 %; de los blancos rumanos que están en miseria y pobreza, un 20 %. Tenemos de todo, sin embargo todos se han enfocado en los gitanos. Ahora bien, tenemos una situación de pobreza en todo el mundo y la gente tiene derecho a tratar de sobrevivir. Si tú y yo y muchos otros hicimos ese largo viaje, por persecución política o por pobreza, los otros tienen también derecho a estar aquí. Alguna gente buscó refugio en Rumania, y luego se olvidaron. Hay mucha gente que, cuando ya vive bien, se olvida de lo que pasó y nunca piensan que la vida da muchas vueltas. Si tú viviste eso, ¿por qué no ayudas a otros? Pero somos egoístas, es la naturaleza humana. Tenemos miedo, miedo de que venga alguien y te quite lo poco que tú has logrado. ¿Que son vagos y ociosos? No. Es gente que tiene una forma de vivir que debemos respetar. Es gente que tiene una cultura, que debemos valorar. Debemos darles la oportunidad, como seres humanos. No olvidemos que todos hemos emigrado y que mañana la vida te puede dar una sorpresa. No has comprado el futuro. Y no te olvides de tus raíces.

- La sociedad nórdica escandinava no tiene la apertura que tienen otras sociedades. En otros países del sur de Europa han podido trabajar legalmente, alquilar departamentos, etc., pero acá la sociedad no te da la oportunidad de comenzar a trabajar directamente. La Oficina del Empleo nunca te da trabajo, te da orientación. Lo que yo estoy trabajando con ellos es en la parte formal de inserción a la sociedad. Se están organizando para poder tener un trabajo a prueba, pero la sociedad les tiene que dar una mano. Aunque el gobierno nunca va a organizar una entidad equivalente a la que tiene para los refugiados, para los inmigrantes europeos. Se habla mucho de que son discriminados en Rumania, pero no tienen derecho a pedir asilo como europeos. El emigrante empobrecido que viene también de países del este europeo con raíces de dictadura, donde la corrupción y la pobreza es la norma. Pero no podemos pedirle a países que están en desarrollo - ya sea de Latinoamérica, del Asia o europeos - el mismo nivel de estándar que tenemos aquí. La democracia no se consolida con solo cambiar de un día para otro un régimen democrático.

- A Suecia le ha tocado 200 años sin guerra y con una democracia que se ha ido estableciendo a lo largo de estos, sin embargo aun tenemos mucha discriminación, y muchos problemas de integración. Entonces, tenemos que ser muy prácticos y muy pragmáticos a la hora de juzgar lo que pasa en los otros países. No podemos pedirles, por ejemplo, que el sistema de salud de Rumania sea igual al nuestro. La cuestión de que hay que pagar por debajo de la mesa, lo sabemos desde nuestros países, pero poco a poco eso tiene que cambiar, la democracia no lo consigue todo en un día.