09 de septiembre de 2012 | COLUMNA |
Misión diplomática cubana regresa a la patria querida
Por: Jorge Romero (*)
Cuando me pidieron escribir una nota sobre la partida del Embajador de la República de Cuba en el Reino de Noruega, el compañero Rogerio Santana, y de su esposa Carmen Julia Guerra, Cónsul de su país, se me atragantaron las palabras, las ideas, las situaciones y los numerosos encuentros con ellos durante los últimos cuatro años. Tuvimos con Rogerio una relación respetuosa, amigable, seria pero cordial, en la que primó siempre, de su parte, la espontánea disposición para atendernos como medio de comunicación y de nuestro lado estuvieron siempre disponibles los micrófonos de la emisora para las numerosas ocasiones en que tuvimos el honor de su visita.
Rogerio, amigo Embajador, aprendimos contigo lo que significa para un país digno, para un pueblo revolucionario que no se doblega, para los conductores de ese pueblo con el Comandante Fidel a la cabeza, que la trinchera de la diplomacia juega un rol de primer orden en la defensa de valores, de principios que orientan la revolución, y que cada uno de ustedes, quienes sustentan esos valores y principios fuera de la patria, en condiciones a veces adversas, es un pilar fundamental en la construcción del socialismo, su defensa y su cotidiana revisión y mejoramiento.
Cada vez que tuvimos ocasión de escucharte hablar sobre distintos temas, en las sedes diplomáticas de otros países latinoamericanos, en el Centro Hispano-Noruego, en la Casa Same, muchas veces en tu propia residencia, salíamos siempre con la convicción de saber algo nuevo, de ir entrando también nosotros de alguna forma en esa linda aventura diplomática. Yo no sé... No es envidia, estimado amigo Embajador, pero debe ser muy hermoso alcanzar ese nivel de compromiso, no sólo con la patria que se ama, sino con la humanidad entera, debe ser muy hermoso llegar a ese nivel en la escala de valores del hombre.
En la recepción de despedida del último jueves, día 30 de agosto, esaban presentes representantes de partidos políticos, dirigentes del pueblo sami, del Centro Hispano-Noruego, de la Asosiación de Amistad Noruego-Cubana, periodistas, músicos, escritores, poetas. Entre ellos, estuvo también presente tu propia poesía que sabemos ha recorrido una larga trayectoria, tan larga como tu propia carrera como diplomático, plasmada en premios y en aquel libro publicado hace ya varios años, que recogió las vivencias de varios representantes de Cuba en el exterior y que bajo el título de "Saborear la aventura", nos muestra que no siempre es todo color de rosa cuando llegas a lugares desconocidos, con idiomas desconocidos, con costumbres diferentes, con climas que intimidan y muchas veces con profundo desconocimiento de quien eres y a quien representas. Y es entonces cuando tienes que actuar como un soldado de la Patria, tal cual hiciste cuando muy jóven aún, bien al inicio de la decada del 60, participaste en la "Lucha contra Bandidos" y tuviste que disparar tu fusil contra los mercenarios que armados por el imperio trataban de destruir la Revolución triunfante, o como cuando peleabas como militante internacionalista junto al pueblo angoleño por su liberación.
Es mucho más lo que hubira querido decirte en esta nota, y sin embargo serás tú mismo quien nos diga en verso cómo se vive siendo diplomático. Mientras tanto, a nombre de todo el personal de Radio Latinamerika y en el mío propio, les deseamos lo mejor a su regreso a la Patria amada y nos quedamos de ustedes y de Cuba, como sus servidores, con la satisfacción de haberlos tratado. Nuestra casa radial estará siempre a vuestra disposición con la solidaridad que el pueblo cubano se ha ganado y se merece.
Desde Nesodden, Noruega
Jorge Romero
Jueves 6 de septiembre – 2012
(*) Jorge Romero es periodista de Radio Latin-Amerika, de Oslo, de origen chileno, y reside en la actualidad en la isla de Nesodden, en Noruega.
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