Logotipo

Portada Suecia América Latina Mundo Multimedia
 
 
Marie Colvin
La reportera del Sunday Times, Marie Colvin. Foto: mirror.co.uk.
 

27 de febrero de 2012 | MUNDO - SIRIA |

Åsne Seierstad: Ella escribía con una conciencia taladrante

HOMS: El miércoles pasado falleció la reportera del Sunday Times, Marie Colvin, junto a su colega, el joven fotógrafo francés Rémi Ochlik - ganador del World Press Photo - debido a un ataque a la ciudad siria de Homs. La veterana reportera, Marie Colvin, de 56 años, había dedicado su vida a cubrir la guerra, habiendo estado en Sierra Leone, Balcanes, Chechenia, Timor Oriental y Oriente Medio. Colvin era la primera en llegar a un conflicto armado y la última en retirarse . "Nuestra misión es escribir acerca de los horrores de la guerra, con precisión y sin prejuicios" ha dicho.

Marie Colvin era la reportera que no solo cubría guerras - ella vivía en ellas, escribe la escritora y periodista Åsne Seierstad para DN.

Fuente: 24-02-12. DN/Åsne Seierstad. Traducción: Magazín Latino

El día antes que Marie muriera, me hizo llorar. Estaba sentada en el aeropuerto de Tripoli y esperaba un vuelo atrasado y abrí Facebook donde encontré un mensaje de ella en Baba Amr: "Repugnante, no entiendo como el mundo puede estar al margen, mirando y yo debiera estar curada de espanto. Vi morir a un bebé hoy. Esquirlas, los médicos no pudieron hacer nada. Su barriguita subía y bajaba hasta que dejó de respirar. Me sentí impotente"

También me hizo sonreír. Cuando un amigo dio por sentado que ella había logrado abandonar el distrito Homs, en Siria ya que ella había escrito en Facebook y enviado un artículo, la felicitó por haber salido y entrado en la sitiada ciudad. Su humorística respuesta fue: "Encuentro que los informes de mi supervivencia algo exagerados"

El que sería su último articulo,"Vivimos con el temor de una masacre", en el Sunday Times, fue una dolorosa lectura y un periodismo brillante. Escribió de lo que se llama el sótano de las viudas, sobre mujer tras mujer que perdieron sus maridos, sobre niños traumatizados, sobre una mujer choqueada que no podía amamantar a su bebé pero le daba agua con azúcar, sobre jóvenes muchachos muertos cuando iban a buscar comida. Escribió como vivía, intensivo, con una fuerte presencia y una consciencia taladrante.

Marie era una reportera que no solo cubría guerras, las sentía, las vivía. Era la que siempre fue más adentro y se quedó más que la mayoría de nosotros. En el artículo describió como entró en Homs, como salta la reja en la noche, pasa por el barro de las trincheras, acostada en las plataformas de carga de los camiones, le disparan, y cuando leí el artículo pensé como saldría de nuevo, pero ella tenía una estrategia para salir. Pero su interés en su propia seguridad a menudo fue ahogado por su propio intensivo deseo de cubrir la lucha de las personas por su vida en zonas de guerra.

En un discurso que dio en la ceremonia el 2010 en memoria de periodistas muertos en la guerra, ella sostuvo que reportar desde el frente nunca ha sido más importante que ahora:

"Significa buscar la verdad en una tormenta de arena de propaganda cuando ejércitos, clanes o terroristas se enfrentan. A pesar de todos los videos del departamento de defensa norteamericano o del Pentágono que veamos, a pesar de todo el idioma clínico que describe las bombas inteligentes y las bombas de precisión… las escenas en el terreno se mantienen sorprendentemente igual en los últimos cien años.

Cráteres. Casas incendiadas. Cuerpos mutilados. Mujeres llorando por sus hijos y maridos. Hombres por sus esposas, madres, hijos".

Ella consideraba que los periodistas cubren las guerras porque "el público tiene el derecho a saber que hacen nuestros gobiernos y ejércitos en nuestro nombre".

Marie era una de las que expresaban su opinión claramente y esperaba respuestas claras de sus interlocutores y entrevistados. Estaba intensivamente presente en las conversaciones, querida pero también temida por muchos por sus agudos comentarios. Te miraba con su único ojo sano, el otro desde el 2001 estaba cubierto por un parche negro.

Estaba cruzando el frente entre los tigres tamiles y el territorio de las autoridades esrilanqués cuando un soldado arrojó una granada que le llegó al pecho ya un ojo. Fue, le contó a una amiga, difícil de llorar, y lo necesitaba, después de recibir una carta de los tigres tamiles, varios de ellos le querían donar un ojo.

La última vez que la encontré fue el verano pasado, en una fiesta de despedida de un conocido común en Londres, donde vivía. Le encantaban las fiestas, estaba glamorosa, vestida con un elegante vestido negro y con un parche especial con piedras brillantes. En las fiestas su casa estaba llena de actores y políticos, escritores y periodistas.

Pero lo que ocupaba el mayor lugar en su vida era reportar. Ambas acabábamos de regresar de Egipto cuando nos vimos la última vez, y ella estuvo particularmente interesada en mi último viaje a Siria, el mes anterior, un país que estaba cerrado para los periodistas y al que ella quería tratar de entrar. Pasarían seis meses antes que lo lograra, un tiempo mucho más agudo que cuando yo estuve allí, y en un viaje que era más largo y más dramático y que muy pocos periodistas tendrían el coraje de hacer.

Ella estaba justamente donde creía que tenía que estar e hizo lo que consideraba que tenía que hacer-envió su "primer borrador de la historia" cuando un cohete del ejército de Bashar Assad la mató. Le arrancó la cabeza.

Las carreteras de salida de Homs están efectivamente cerradas por el ejército sirio. No hay frigorífico, no hay electricidad y es muy probable que Marie Colvin y Remi Ochlik que murieron al mismo tiempo vayan a ser enterrados en un cementerio en la ciudad que juntos con otros murieron en el ataque. Probablemente ya está enterrada, escribe un amigo que coordina la información sobre ella en Facebook.

Marie siempre dijo que debiéramos estar felices, porque piensen en todos los civiles que deben quedarse en la zona de guerra mientras nosotros siempre teníamos la posibilidad de regresar a casa. Finalmente ella no la tuvo, vivió, pasó frío y murió con los habitantes de Homs.

 


Marie Colvin
Marie Colvin en la plaza de Tahir, en Egipto. Foto: telegraph.co.uk.

 



 
V
 
 
Copyright 2011 © Magazín Latino

All rights reserved.