Raven Truitt, de 12 años, ha llegado a la escuela para rezar. Ella ha perdido tanto amigos/as y “la mejor de las maestras”, Vicki Soto – quien dio su vida por salvar a sus alumnos. Foto: Aftonbladet.

16 de diciembre 2012 | MUNDO - USA |

Y ahora Newtown…

EE.UU: La idílica localidad se Newtown, en Connecticut, pasó a engrosar la larga lista donde se han cometido asesinatos masivos, cuando el viernes, a las 09.30 de la mañana, Adam Lanza quitó la vida a balazos a todo quien se le puso por delante, en la escuela primaria de Sandy Hook.

Lanza, de veinte años, vivía con su madre en una villa cercana a la escuela. De allí partió a perpetrar la masacre más cruel de la historia de EE.UU. Porque esta vez quienes cayeron ante las mortíferas ráfagas de escopetas fueron niños de seis a siete años de edad. “Hermosos niños que tenían toda una vida por delante”, dijo Obama, tratando de contener el llanto, al dirigirse a la nación el viernes por la tarde.

Sin embargo, ni Obama, ni menos aun Romney, quisieron tomar el tema de la posesión de armas, durante su reciente candidatura a la presidencia. Porque más de la mitad de los norteamericanos opinan que es su santo derecho defender la familia con una escopeta. En USA la Segunda Enmienda de la Constitución norteamericana no se toca, mientras que el negocio armamentista sigue dando suculentas ganancias.

La madre del asesino y su primera víctima, Nancy Lanza, era aficionada a las armas, y acostumbraba llevar a sus hijos a practicar tiro. A ella pertenecían las armas que hicieron posible la masacre.

¿Nancy Lanza era tal vez policía, o agente federal? No, era maestra de párvulos de una escuela primaria.

Por: Marisol Aliaga

Columbine, Denver, Virginia y ahora Newtown…una nueva matanza en USA. ¿Alguien se asombra?
El caso es que esta vez sí, la noticia traspasó raudamente las fronteras y conmovió a ciudadanos de todo el mundo, mientras que USA entró en un estado de shock. Porque esta vez no se trataba de estudiantes universitarios, se trataba de niños pequeñitos, de entre seis y siete años.

“Hermosos niños que tenían todo un futuro por delante”, dijo, entre lágrimas, el presidente Obama.

La historia es la misma, o mejor dicho, cada una de ellas tienen sus rasgos particulares. En este caso el autor de la masacre de 20 niños y siete adultos comenzó su torneo fatídico eliminando a la persona que le dio la vida: su madre. Y que también le proveyó de las cuatro armas de fuego con las que seguidamente sembraría el terror y la desolación en la escuela primaria Sandy Hook. La madre era aficionada a las armas y acostumbraba llevar a sus hijos a practicar tiro libre. Uno de sus vecinos contó a la prensa que la mujer solía enseñarle a él sus armas favoritas.

Así fue que, armado de una Sig Sauer, una Glock y un fusil semiautomático de uso militar, Adam Lanza, después de matar a Nancy Lanza con un tiro en la cara, agarró su auto y condujo a la escuela en donde ella trabajaba. 600 niños y niñas se encontraban en la escuela primaria Sandy Hook, al arribar el asesino con su cargamento mortífero.

Hasta hace poco se desconocía cómo fue que el joven logró ingresar a la escuela. Ahora se sabe que echó abajo la cerradura a balazos. Recientemente la directora de la escuela había hecho instalar un nuevo sistema de seguridad, que hacía que las puertas se cerraran a una determinada hora y de allí nadie podía ingresar al recinto. De nada sirvió, en este caso, a tiros, el asesino violó el cerrojo y al cabo de unos minutos, se encontraba dentro del establecimiento, disparando a la clase de su madre y a otra más. Dos clases enteras fueron rápidamente aniquiladas. Al cabo de cinco minutos, había quitado la vida a ocho niños y doce niñas, entre seis y siete años de edad.

La directora de la escuela, Dawn Hochsprung, la sicóloga, Mary Sherlach y otro adulto se encontraban en esos momentos en una reunión. Al escuchar los disparos, las profesoras descubrieron rápidamente al francotirador y trataron de poner atajo a su ronda mortal. Más tarde fueron identificados sus cuerpos sin vida por los técnicos forenses. Mary Sherlach tenía 47 años. Mary Sherlach, 56.

 

Se ensañó

El asesino se ensañó con cada una de sus víctimas, disparándole certeramente a la cabeza con varios tiros a cada una. ¿Dónde adquirió esta destreza mortal? ¿En las prácticas de tiro al blanco con su madre, gran aficionada a las armas de fuego, o en los videojuegos, que también practicaba? Lo que sí se sabe, hasta el momento, es que Adam Lanza era un joven retraído que presentaba grandes problemas en su relación con su entorno. Algunos dicen que padecía del síndrome de Asperger, mientras otros aseguran que era un genio. También se ha sabido que el día anterior a la masacre tuvo una pelea con cuatro maestros de la escuela. Tres de ellos resultaron muertos, el cuarto no fue al trabajo ese día, y la policía espera recoger de esta persona más detalles que ayuden a la investigación.

Este tipo de asesinatos masivos acostumbran dejar como secuela una gran cantidad de heridos de gravedad, en Newtown, dos de los niños heridos de gravedad fallecieron antes de llegar al hospital y solamente una persona sobrevivió el ataque. Se espera que esta sea una clave fundamental de la fiscalía, cuando se trate de establecer exactamente lo ocurrido.

Al final de su ronda mortal, el joven asesino guardó una bala para sí mismo, y al arribar la policía se encontró con su cuerpo sin vida.

En un principio la confusión fue total, e incluso seguía, en algunos medios, hasta este sábado. Debido a que Adam Lanza portaba consigo los documentos de identidad de su hermano mayor, Ryan Lanza, en un principio se pensó que era él quien había perpetrado la masacre. Sin embargo, Ryan Lanza alcanzó a actualizar su página del Facebook diciendo “No soy yo”, antes de que la policía lo aprehendiera. Más tarde se comprobaría que él no tuvo parte en el trágico suceso. Tampoco el padre de los hermanos, quien se había separado hace años de la madre.

Tal vez y debido a las confusiones del primer día de ocurridos los hechos, la policía se mostró este sábado sumamente cautelosa, durante las ruedas de prensa ofrecidas, con varias horas de retraso. Tanto fue así, que no quiso confirmar la identidad del autor del hecho. No obstante, se informó que durante el allanamiento efectuado en la villa de la familia, se habían encontrado pruebas suficientes para dilucidar como se desarrolló el atentado y evidencias acerca del motivo que puede haber llevado a este joven de veinte años a cometer una de las peores masacres en USA.

 

La ley de posesión de armas

El trágico suceso ha puesto en marcha – nuevamente – el debate acerca de las leyes de posesión de armas en EE.UU., aunque existe el riesgo de que la discusión tome un vuelco inesperado, es decir, que los lobbyistas - en especial la Asociación Nacional del Rifle (NRA) - planteen la necesidad de aun más armas, para la protección personal.

No obstante, también existen indicios de que el presidente Obama haya querido dejar claro que este es un problema que tiene que ser resuelto. Y ahora. “Tenemos que hacer algo, independientemente de la política”, dio Obama, dando a entender que se deberían tomar acuerdos a nivel de nación y no de partidos.

Pero el lidiar con la poderosa industria y el lobby de las armas no es fácil. De hecho, tanto Obama como Romney evitaron tomar el tema como se le hace el quite a una papa caliente. Aunque el segundo participó en varios eventos pro armamentistas y Obama, por su parte, prefirió no tocar el tópico.

Y es que cualquier candidato que se declare contrario a la posesión de armas en EE.UU comete un suicidio político. Más del cincuenta por ciento de la población en USA defiende el derecho sacrosanto y constitucional de portar y poseer armas, lo cual se basa en la Segunda Enmienda de la Constitución norteamericana de más de 200 años, que muchos ciudadanos están dispuestos a defender. (*).

Aunque la época del Wild Western (Oeste Salvaje, o Lejano Oeste) quedó en el pasado, a veces uno se pregunta si realmente es cosa del pasado. "Un derecho que no se ejerce es un derecho que se pierde", dicen, quienes defienden la vigencia de la segunda enmienda, que data del año 1791.

“Si sabes cuantas armas tienes, no tienes las suficientes”, reza un dicho, en el paraíso de las escopetas, rifles y demás artilugios mortales. Según muchos norteamericanos, el más básico de los derechos humanos es el de portar y poseer armas.

Y en EE.UU hay más armas que seres humanos.

Desde Columbine, con su secuela de 12 niños y un profesor muertos (en 1999), se ha repetido la historia 18 veces, en USA. Esto quiere decir cuatro veces más que en el resto del mundo, siendo el hecho más sangriento el de Virginia Tech, en 2007, donde 34 estudiantes fueron acribillados.
Pero esto no es todo. Las armas de fuego ocasionan más muertos que las guerras que USA mantiene en el exterior. Tres veces más personas han muerto, producto de las armas de fuego, que los fallecidos desde principios de la guerra con Irak.

17.000 personas se suicidan al año de un tiro a la cabeza. Y 700 mueren, producto de un disparo accidental.

Y mientras esto sucede, las empresas armamentistas perciben cantidades estratosféricas de dinero. Gracias al “derecho a proteger a la familia”, el miedo, y la Segunda Enmienda.

Es fácil emocionarse con las lágrimas de Obama, en su primera rueda de prensa, al enterarse de lo ocurrido en Sandy Hook, porque la matanza de niños indefensos es lo más brutal que puede existir en una sociedad. Es fácil entender que el presidente y su esposa, Michelle, van a abrazar a sus hijas más fuertemente este fin de semana.

Sin embargo, durante la administración de Obama no se ha llevado a cabo ningún proyecto de ley que de alguna manera cambie, o mejore la ley de control de armas.

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Es de esperar que los “veinte angelitos” como se les llama en Newtown, contribuyan a encender nuevamente y de una forma radical el debate acerca de la posesión de armas en USA.

Porque, cuando a un padre/madre le matan su hijo/a, ¿qué le queda en la vida?

 

 

 

Más datos:

(*) La Segunda Enmienda de la Constitución norteamericana, que reconoce, según algunos, incluido el actual Tribunal Supremo, el derecho a poseer armas de fuego, fue redactada por James Madison, un sureño, socio de Thomas Jefferson, para mitigar las sospechas de sus paisanos sobre la intención de los federalistas de Nueva Inglaterra de crear un estado central acaparador y opresivo.

Esa Enmienda dice, textualmente, que “siendo necesaria una bien regulada milicia para la seguridad de un estado libre, el derecho del pueblo a tener y portar armas no debe de ser infringido”. Sobre ese texto se han hecho interpretaciones diferentes de forma constante casi desde el mismo momento de su publicación. Algunos juristas, incluidos miembros de otros anteriores tribunales supremos, entienden que se refiere exclusivamente a un periodo anterior a la creación de un ejército nacional de EE UU, cuando las milicias eran aún el principal cuerpo de protección de los ciudadanos, y a las rudimentarias armas de defensa personal que existían en aquel momento.
Fuente: El País

 

 

 

Documental acerca de las armas en USA - Papi, cómprame un Kalashnikov