07 de noviembre de 2011 |SALUD
Lo dulce y las grasas son como una droga para el cerebro
Cuando se mezclan azúcar y grasa, como en un pastelillo de canela, el ansia que esto provoca es tan fuerte como el provocado por la cocaína. Después de cientos de cenas de negocios el industrial Sören Gyll se vio obligado a un trasplante de hígado. Ahora alerta a otros de la trampa del azúcar. La industria farmacéutica utilizó su conocimiento para elaborar la píldora para bajar de peso más efectiva hasta el momento. Sin embargo las autoridades no reconocen que uno puede ser adicto a las golosinas y a la comida chatarra.
Fuente: SVD 31-10-2011. Traducción: Magazín Latino
Fue una simple coincidencia lo que hizo que los investigadores descubrieran que el azúcar y la grasa pueden causar adicción.
- Cuando examinábamos la adicción a las drogas en un experimento con animales, acostumbrábamos a utilizar un grupo de control al que se le daba comida ya que pensábamos que daría un resultado neutral con el que hacer comparaciones, dice Sara Ward, Profesor de la Universidad de Temple, Philadelphia y una de las líderes en las investigaciones del comportamiento de EE.UU.
Pero los resultados no coincidían y pronto los investigadores se percataron que comida conteniendo azúcar y grasa era muy adictiva.
- Las similitudes eran extraordinarias. Los ratones estaban igualmente interesados en la comida que era dulce y con grasa que en la cocaína.
Tanto el azúcar como la grasa individualmente pueden crear una fuerte apetencia. Para lograr más de una solución de azúcar equivalente a un refresco normal, los ratones estaban preparados a empujar con la nariz una ventanilla 44 veces. Con comida normal, no la tocaban más de diez veces y solo cuando tenían hambre.
Sorprendentemente resultó que la grasa también puede ser adictiva. 50 veces presionaron los ratoncitos su nariz contra la ventanilla para tener más de una solución de aceite de maíz concentrada.
Pero el mayor impacto se produjo cuando se mezcla el azúcar y la grasa, como en un bizcocho o en chocolates. Entonces los ratones estaban listos a trabajar una hora completa empujando con la nariz entre 70 y 100 veces. El deseo estaba en el mismo nivel de atracción que el alcohol, la cocaína y la heroína. Para satisfacer el deseo los ratones estaban dispuestos a caminar sobre un piso electrificado, algo que nunca harían por comida común y corriente.
La Universidad de Temple está en una región donde varias grandes empresas farmacéuticas tienen sus departamentos de investigación.
- Mi interés es desarrollar un medicamento contra la adicción a las drogas y la obesidad. Bloquear el centro de adicción en el cerebro es sin duda la estrategia más prometedora contra la obesidad. Las opciones hoy día son intervención quirúrgica, pero puede tener complicaciones o píldoras que aumentan la sensación de saciedad, pero han mostrado no ser particularmente efectivas, dice Sara Ward.
Un medicamento contra la adicción a la comida, Rimonabant, fue lanzado en el 2006 como un milagro contra la obesidad. El Rimonabant bloquea los llamados receptores CB-1 que existen en el cerebro y que son principalmente el puerto de entrada para la dependencia del cannabis.
- Rimonabant era muy efectivo contra la obesidad pero causó efectos secundarios psiquiátricos y por lo tanto fue retirado. Esperamos poder encontrar preparados inofensivos que den el mismo efecto, dice Sara Ward.
El receptor CB-1 se utiliza también en ciertos tipos de medicinas contra la adicción a la nicotina.
Cuando SVD llama a la Dirección Nacional de Sanidad y Bienestar Social (Socialstyrelsen) y el Instituto de Salud Pública (Folkhälsoinstitutet) dicen que la adicción al azúcar no existe como diagnóstico en Suecia. En el Socialstyrelsen nos remiten al Folkhälsoinstitut donde nos remiten a Mai-Lis Hellenius, Profesor del Instituto Karolinska.
- La adicción al azúcar no es un diagnóstico. Esto no impide que uno sienta el deseo, pero personalmente pienso que el problema existe tanto en el cerebro como en los músculos. Es muy importante hacer ejercicio para quemar carbohidratos en los músculos, de otra forma circulan por el torrente sanguíneo donde hacen daños, dice ella.
Sara Ward, sin embargo, compara el deseo por el azúcar y la grasa con el deseo de fumar, por las drogas o la adicción al juego. Uno de las pocas diferencias que se han podido ver en relación con la adicción a las drogas, es que los adictos al azúcar no tienden a pasar a drogas más pesadas.
- Pero al igual que con el tabaco, el alcohol y las drogas pueden tener recaídas en su dependencia del azúcar y la grasa mucho después que los han dejado, dice Sara Ward.
