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Bröllop - Carl Philip y Sofia
La pareja de recién casados en su paseo por las calles de Estocolmo. Foto: Sofía Sánchez.
 

14 de junio de 2015 | SUECIA |

Sofia dijo "Si" y se convirtió en princesa

ESTOCOLMO: Este sábado 13 de junio contrajo nupcias el príncipe Carl Philip y Sofia Hellqvist, la joven de Älvdalen, quien, después de decir "Sí", en la iglesia del palacio, pasó a convertirse en princesa.

Miles de personas se congregaron en las calles céntricas de Estocolmo con el fin de apreciar a la feliz pareja de recién casados en su paseo por el corazón de Estocolmo, en una carroza abierta tirada por caballos

Con estas bodas se acaban los pomposos casamientos reales, los tres hijos de la pareja real sueca han contraído todos matrimonio.

 

Por: Marisol Aliaga

 

Algunos siguieron la noticia con mucha atención, otros reclamaron por las incomodidades que significaba las calles acordonadas y la marea humana en las inmediaciones del palacio. Otros reclaman por la injusticia de tener aún en la moderna Suecia una realeza donde la sangre vale más que los méritos. Y se calcula que las bodas del sábado representan un coste de 13 coronas, para cada ciudadano sueco.

Sea como sea, una buena parte de la población siguió con entusiasmo la jornada, que comenzó a las 16.30 de la tarde, en la iglesia del palacio real, y terminó oficiosamente a las 05.30 de la madrugada del domingo, cuando el rey Carl XVI Gustaf y la reina Silvia abandonaron la movida fiesta luego de haber celebrado "como Dios manda", las bodas del último de sus tres hijos que aún seguía soltero.

La boda de Carl Philip y Sofia es la tercera en cinco años, para la familia real. El 2010 contrajo nupcias la princesa heredera de la corona, Victoria, con Daniel Westling , quien pasó a ser príncipe. Madeleine, la menor, se casó el 2013 con el norteamericano Christopher O’Neill, quien rechazó el ofrecimiento de convertirse en príncipe. La princesa Madeleine está embarazada de su segundo hijo que se espera que nazca los próximos días.

La ceremonia religiosa en la iglesia del palacio real estuvo a cargo del pastor Lars Göran Lönnermark, asistido por el pastor Michael Bjerkhagen. Ambos consideraron que el oficio fue "cálido, personal y muy bello".

- Es muy entretenido cuando los novios se interesan tanto en todos los detalles, comentó más tarde a SVT, Michael Bjerkhagen.

El canal de televisión estatal, SVT, realizó una transmisión maratónica, que comenzó a las tres de la tarde y terminó a las doce de la noche.

A las 16.30 de la tarde las pantallas mostraban al príncipe Carl Philip, vistiendo un uniforme que data del 1873. Al pasar los minutos, se le veía más y más nervioso, hasta que por fin hizo su aparición su prometida, Sofia, en compañía de su padre, Erik Hellkvist.

La joven lucía un vestido blanco de crepé y organza italiana ajustado levemente a la cintura y con encaje en el cuello y en las mangas. Su larga cabellera la llevaba esta vez recogida en un rodete en la nuca desde dónde salía el velo de encaje español. El glamoroso pero al mismo tiempo sencillo traje de novia es una creación de la joven diseñadora sueca Ida Sjöstedt.

Después de dar sus respectivos "Si" ante los pastores y la congregación, a la pareja le faltó poco para salir bailando de la iglesia. Como canción final - y por sugestión del jefe de la Casa de Conciertos de Suecia, Stefan Forsberg - habían elegido un gospel: Joyful, Joyful, interpretado por Samuel Ljungblahd. Esta es la primera vez que se interpreta un gospel en una boda real.

Al salir a la calle, Estocolmo los recibió su mejor cara, con un día soleado, caluroso y sin lluvia. En una carroza tirada por caballos los novios hicieron entonces el tradicional paseo, recorriendo las calles aledañas al palacio, ante el júbilo de quienes se habían congregado para ver a los novios y los numerosos turistas que acostumbran visitar la capital sueca.

Más tarde, y luego de un breve discurso de agradecimiento del rey y del flamante novio, desde uno de los balcones del palacio, comenzó el banquete nupcial, en la sala "Mar blanco", acicalada con arreglos florales de tonos coral. En la pared en forma ovalada detrás de la mesa de honor se había instalado un gigantesco arreglo floral consistente en un muro de 3.500 rosas de distintas tonalidades de salmón.

Como siempre se pronunciaron discursos de parte de los varones de las familias que celebraban su unión, el rey alabó la elección de su hijo constatando que, al igual de él había encontrado la "mujer de su vida". Carl XVI Gustaf dio la bienvenida a su nueva, y única, nuera, calificándola como una persona "cálida, abierta y segura de sí misma".

- Todos hemos podido apreciar el amor que los une, aprovéchenlo y guárdenlo, recomendó el rey.

El discurso del padre de la novia, Erik Hellqvist, estuvo más interesante que el del jefe de Estado (el rey), ya que éste recordó anécdotas de la niñez de Sofia. El consuegro del rey resaltó la personalidad abierta y templada de su hija.

- Carl Philip, no te voy a pedir que la cuides, porque ella sabe cuidarse muy bien, dijo, Erik Hellqvist, en un discurso claramente feminista.

Cuando le tocó el turno al novio, éste pronunció un emocionado discurso donde la palabra "Sofia" se repetía innumerables veces. Carl Philip se mostró como un novio muy enamorado, arrancando fuertes ovaciones de pie de parte de los comensales. "Sofia, te amo, ¡eres la mejor!", dijo el príncipe a su flamante esposa.

Lo innovativo de esta - la última boda real que se verá en Suecia por mucho tiempo - quedó demostrado una vez más cuando, para sorpresa de todos, la novia también se dispuso a tomar la palabra. Sofia se levanta, se dirige a Carl Philip, diciéndole que lo ama, y que sus amigos le van a ayudar a explicar sus sentimientos. Acto seguido, la artista Molly Sandén interpreta una romántica canción acompañada al piano por Danny Saucedo. Junto a la joven pareja de artistas, Sofia ha escrito el texto, que concluye con las palabras: "Juntos somos fuertes".

Atrás quedaron la ley del frío impuesta por Madeleine, al comienzo de la relación; su participación en un reality show de la televisión; y unas fotografías mostrando más de lo adecuado. En contra de lo que anticipaban algunos, Sofia no se sacó su tatuaje en el hombro, ni lo trató de cubrir y, al igual que su marido, se mostró - y se presentó durante el banquete - y todo el día de ayer como "la mujer más feliz del mundo".

 

"Uno se emborracha de tanto amor" dijo uno de los comentaristas en la televisión, y sin duda que se trata de una pareja muy enamorada.

Aunque, por otra parte, ¿quién se casa sin estar enamorado?

 

 


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