22 de junio de 2011 |COLUMNA

Cuidado con la policía

Instó a la gente a tener cuidado con los sudamericanos.

Hace una semana, la policía local de Huddinge envió una advertencia que no era una maravilla de brillantez intelectual. La población de todo un continente es señalada como delincuentes en potencia, una ocurrencia que puede dar lugar a la persecución de personas completamente inocentes.

Fuente: Aftonbladet. Traducción: Magazín Latino

El título de esta carta no muy bien lograda reza: "Circular de Alerta a quienes trabajan con Vigilancia Vecinal", está escrito por un inspector de la policía local de Huddinge y fue puesto a la entrada edificios de suburbios al sur de Estocolmo.

No es razonable exigir que un policía pueda escribir como PO Enquist, pero ya la ambigüedad en la redacción crea problemas.

El inspector comienza con entusiasmo diciendo que "vemos una posible tendencia a un incremento de los robos en el distrito, por lo que insta a poner ¡una mayor atención en su vecindario!".

Se trata de las palabras "posible tendencia", difícil sacar otra conclusión que la policía no tiene una evidencia demasiado impresionante para lo que explica después.

Los vecinos deben tener cuidado con los sudamericanos, debido a que hay "varias señales de que existen personas que garantizan vivienda y comida a ´turistas´ que han traído aquí para cometer robos en las residencias."

Se dice que los chilenos son muy astutos. ¿Pero cómo se ve un chileno? Y, el sueco obediente de la ley, tendrá que dar la alarma si ve que el ex parlamentario Mauricio Rojas está andando errante en el barrio?

También se advirtió sobre los rumanos. "¡Ojo! grupos de tanto hombres como mujeres que han sido detenidos (y posteriormente liberados) por preparación de robo".

Lo interesante de esta frase es la información entre paréntesis. No hubo ninguna prueba de que estas personas pensaban hacer algo ilegal.

Lo que causa más horror parecen ser los tres, cuatro hombres, "de piel oscura, corpulentos", que "provienen de Västerort pero dan vueltas en sus autos en los suburbios del sur, sin tener explicaciones razonables".

Alcanzo a pensar que se trata de tener una explicación razonable, sea la cual sea, la próxima vez que esté al sur de Skanstull, pero me doy cuenta que yo no soy "cabeza negra", y entonces me puedo relajar nuevamente.

Es arriesgado, e incluso peligroso, señalar grupos de la población de esta forma. No hace falta ser un Einstein para entender que se esto puede dar origen a sentimientos anti-inmigrantes.

Llamo a Magnus Ågren, subjefe de la policía local en Huddinge. Él no ha oído hablar de la carta y me pide que lo vuelva a llamar.

Unas horas más tarde me llama Hesam Akbari, encargado de prensa de la policía de Södertörn.

Él dice algo que yo ya lo sé, que en la circular se dice que "la información proviene del grupo del vecindado de la policía de Söderort".

- Nosotros en la policía debemos ser específicos cuando publicamos emitimos este tipo de material.

¿Usted se expresaría de esta manera?

- No, si se tratara de un comunicado de prensa. Sin embargo, esta circular fue enviada a un grupo pequeño de personas, con las cuales tenemos una colaboración. No obstante, puede haber motivo para reflexionar sobre cómo se utiliza, posteriormente, esta información.

Advertencias de este tipo difícilmente contribuyen a disminuir el número de robos en casas particulares. Pero posiblemente a que personas inocentes sean objeto de hostigamientos o, claramente, incluso de persecución.

Es de esperar que pase largo tiempo antes que la policía cometa nuevamente esta estupidez.

Artículo publicado en Aftonbladet el 21 de junio de 2011
Autor: Oisin Cantwell