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Sture Bergwall

Sture Bergwalld (antes Thomas Quick), fue condenado por ocho asesinatos. En la actualidad ha sido absuelto de cinco, y los otros están pendientes. Foto: SR.

 

27 de noviembre de 2012 | COLUMNA |

La política y el sensacionalismo son los motores para crear un asesinato judicial

Fuente: Aftonbladet/ Jan Guillou 2012-09-23 Traducción: Magazín Latino

No es tan fácil como muchos creen decidir cuál es el peor asesinato judicial en la historia jurídica moderna de Suecia. Obviamente que Thomas Quick tiene un record sin precedentes con ocho equivocadas sentencias por asesinatos. Pero él en un alto grado participó como protagonista en la larga comedia o mejor dicho tragedia. O en realidad ambos.

Peor fue en el caso de la liga Embom, donde seis hombres inocentes fueron en 1952 condenados como espías soviéticos sin ni siquiera un ápice de evidencia seria. Por el contrario, el fiscal no dudó en presentar –obviamente evidencia falsa, salvajemente vitoreado por los periodistas.

Hoy día se puede decir tranquilamente que así fue, un extenso asesinato judicial basado principalmente en motivos políticos. A quienes les interese enterarse de toda la historia, pueden por ejemplo leer el último libro sobre el tema: “Seudónimo Mikael” de Tomas Bresky, editorial Ordfront 2008.

El asesinato judicial contra la liga Enbom era más bien por motivos políticos más que otra cosa. Cuando se dictaminó la sentencia en el tribunal de primera instancia de Estocolmo el 31 de Julio de 1952, Suecia todavía se encontraba bajo los efectos del derribo de un avión espía sueco y un avión de reconocimiento sobre el mar Báltico. En este ambiente tanto el tribunal como los periodistas tomaron una decisión, como un deber de –con esfuerzos conjuntos lograr una condena independientemente de si los acusados eran o no culpables. El principal periodista de crímenes del Dagens Nyheter, Massi Svensson, hasta se jactó abiertamente en sus memorias de como en aras de los intereses de la nación mintió en su periodismo.

La política de una u otra forma es por lo tanto uno de los motores más fuertes para conseguir un asesinato judicial. El otro es el sensacionalismo del tipo comercial.

Como en el doble asesinato judicial y la prolongada persecución contra Olle Möller, quien equivocadamente fue condenado por asesinato en 1939 y 1959 y que – bajo una constante persecución tanto de la prensa como de la policía fue condenado por otros asesinatos en 1955 y 1973.

Olle Möller era una persona conocida – once veces campeón sueco en Carrera. Y cuando el reportero de Aftonbladet Börje Heed lo engaño a “darse a conocer”, explotó la publicidad y todo el cuerpo de periodistas pudo, con Börje Heed al frente, lincharlo gustosamente y con éxito. El último libro sobre el tema es “Asesino en el hogar de todo el pueblo”(*) de Lena Ebervall y Per E Samuelsson, editorial Pirat 2012.

La historia del descuartizamiento de 1984 adelante fue también impulsada por factores políticos y sensacionalistas. La fantástica historia de cómo dos médicos habrían descuartizado y comido partes del cuerpo de una prostituta era muy atrayente como titulares.

Desde un comienzo era más sensacionalismo que política, cuando el reportero de Expressen, Leif Brännström creó el monstruo ”el patólogo”, que vino a ser una especie de moderno Jack The Ripper. La política entró más tarde –cuando una terapeuta social llamada Hanna Olsson escribió un libro donde argumentaba por una nueva y politizada forma de evidencia donde se debía mirar el orden de poder del genero más bien que la vieja evidencia masculina como testigos y huellas digitales y otras cosas obsoletas.

Encantó a los periodistas culturales y pronto no había un redactor cultural que no supiera todo sobre la capacidad de un niño de testificar y las obsoletas evidencias burguesas. Como ejemplo de locura periodista y linchamiento, la historia del descuartizamiento es única en su género. El libro sobre toda la historia “La muerte es un hombre” de Per Lindberg, editorial Fischer & Co, 2009 es igual de único.

Durante la década de los 80 florecieron ciertas ”ciencias” supuestamente feministas que luego, en una época más sensata, inevitablemente traer a la memoria la caza de brujas de los 1600.

Una de estas ciencias - basada en la idea de “memorias reprimidas” que normalmente trataban de violaciones durante la infancia. Los violados niños con esos recuerdos reprimidos que podían luego resurgir gracias a terapeutas especiales (fue así como comenzó con Thomas Quick, que habría olvidado cómo fue obligado a comerse a su hermanito Simón y por lo tanto obviamente debía compensarlo convirtiéndose en un asesinato en serie). Una ciencia similar fue lanzada por una profesora, Eva Lundgren en Uppsala, que trataba de trazar una red de caníbales satanistas que asolaba por Suecia. Esta locura fue publicada en todos los medios de comunicación con toda seriedad. Fuertemente custodiados, por ejemplo la policía buscaba los cuerpos de unos 30 niños, víctimas de una orgía satánica, en las afueras de Södertälje.

Cuántos hombres fueron condenados inocentemente por haber violado a niños que una terapia de la memoria entendió que habían sido violados, nadie lo sabe con seguridad. Se debe tratar por lo menos de una docena. Uno de estos casos lo pudo Hannes Råstam presentar lo suficientemente convincente como para que el hombre en cuestión pudiera conseguir un recurso de remisión y ser absuelto. Pero detrás de él hay un número de hombres que han cumplido sentencias en la cárcel por delitos que eran meras invenciones.

Tal vez sea lo que más tarde constituye “el peor escándalo jurídico en los tiempos modernos”.

Como ven, hay mucho donde escoger. Y lamentablemente siempre hay un factor decisivo detrás de un asesinato judicial, los medios de comunicaciones que no cumplen con su deber, o peor, contribuyen como hinchas.


“Folkhemmet”: “Hogar de todo el pueblo"  ("término acuñado a comienzos de siglo por los socialdemócratas") (nombre acuñado por los socialdemócratas para designar el Estado benefactor (o de bienestar) sueco).



 
 
 
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