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Ministra de Cultura, Lena Adelsohn Liljeroth
La Ministra de Cultura, Lena Adelsohn Liljeroth, cortó la primera tajada de la torta con cuerpo de mujer que se exhibió en el Museo de Arte Moderno de Estocolmo. Al recibir la primera tajada, la cabeza de la "torta" emitió un grito de dolor, a lo cual la ministra se apresuró a alimentar a la cabeza con su propio "cuerpo". Foto: Facebook.
 

18 de abril de 2012 | COLUMNA |

La torta exótica del Museo de Arte Moderno

Por: Marcela Vera

Hoy en las noticias me encontré con un buen ejemplo de que cualquier cosa puede llamarse "arte", en un contexto determinado. No ocurrió en una fiesta privada ni en una pastelería, si no que en uno de los museos de arte más importantes de Estocolmo: el Museo de Arte Moderno. En el Día Internacional del Arte, el artista Makode Linde presentó una gran torta con la forma del cuerpo desnudo de una mujer negra, cuya cabeza era la del propio artista escondido debajo de la mesa, pintada al más grotesco estilo de las "blackfaces" de los shows Hollywoodenses de los años 50. No, en realidad era peor. Su boca era gigantesca y los dientes parecían los de un caníbal. La torta estaba lista para ser devorada por los asistentes a la exposición y la primera en sacar su tajada fue la Ministra de la Cultura, Lena Adelsohn Liljeroth, quien había sido invitada precisamente con este propósito. Con un filudo cuchillo fue dejando una rojísima cavidad en medio de la parte inferior del torso sin piernas, quiero decir del cuerpo de biscocho, mientras la cabeza de este gritaba de dolor mal actuado. Todos los presentes reían de la parodia.

Más tarde, el presidente de la asociación de Afrosuecos, Kitimbwa Sabuni, exigió la renuncia de la ministra acusándola de racista, y demandó el museo al Ombudsman, la entidad que se encarga de estos asuntos. La ministra entonces dijo que sólo se trataba de una obra de arte que buscaba llamar la atención sobre la situación de las mujeres mutiladas de sus genitales. Era toda una chacota para la risa, pero con serio contenido social. Por otro lado, el autor de la torta dijo que no se trataba de eso, si no que de establecer las concepciones occidentales acerca de África, en contraste con la imagen real de la esclavitud y la opresión.

Una explicación que, a juzgar por su obra, pareciera más bien inventada en el momento.
La verdad es que la ministra no me parece tan desubicada como el "artista" ni como el mismo museo. Primero que nada, no sé a quién se le ocurrió que una torta es "arte"...o algo para ser expuesto en uno de los más importantes museos de la ciudad. Cualquier pastelería lo puede hacer. Pero lo que me parece más alarmante es la explicación que dio la ministra refiriéndose a la "obra", que - no sé por qué razón - no concuerda con la explicación dada por el artista, que por lo demás, no inspira credibilidad.

Las declaraciones de la Presidenta de la Asociación de Artistas y del propio Makode Linde parecen estar cargadas de egocentrismo. Que los afrosuecos no entendieron nada, que deberían estar al tanto del arte de Linde, recalcando entre líneas una supuesta falta de cultura al no conocer la característica del artista, quien supuestamente a menudo basa sus obras en el racismo, la xenofobia y la esclavitud. Me declaro también ignorante, al no conocer las obras anteriores de Linde. Por esta razón lo busqué en Google, pero curiosamente no apareció en ninguna parte…

Me pregunto qué hubiese sucedido si el cuerpo desnudo de la mujer-torta hubiese sido blanca. Probablemente el artista y todos los presentes en la exposición hubiesen sido tildados de sexistas, por quienes están conscientes de las jerarquías del género. Pero, ¿una mujer negra no tiene género? ¿O es que su conciencia en lo que se refiere a su condición de género depende de un color de piel, o su derecho a quejarse se limita a la queja del dolor que siente al ser mutilada por el patriarcado de "su cultura"? Y ¿qué hubiese sucedido si la figura hubiese sido la de una mujer blanca y todo el público hubiese sido negro?

Me pregunto también si Linde habrá vivido la experiencia del racismo, la xenofobia, la opresión y la esclavitud, como para inspirarse y representarlas en obras de arte, y con estas características. Sin embargo, no es la primera vez que un artista se introduce en temas que nada tienen que ver con su propia realidad, ni tampoco la primera vez que los representantes del arte en este país reciben el rechazo público de minorías étnicas, a causa de sus obras. No es poco común que insistan en basar su arte en problemáticas ajenas o lugares lejanos con las cuales nunca han tenido algo que ver en lo personal, incluso sin reflexionar con anterioridad sobre lo sensible que pueden ser ciertas representaciones para muchas personas que las han vivido en carne propia.

A veces pareciera que mientras más lejos se encuentre geográficamente el tema de la obra, mejor. Y es que lo "exótico" aún es tema de fascinación, como en los tiempos de antaño cuando la mentalidad colonialista construía la imagen del salvaje. Como el "Oriente incógnito", la llamada "África negra" forma parte de los más significativos clichés nacidos de esa cultura etnocéntrica que muchos aún no logran dejar atrás.

 

 

 

 

Vídeo acerca del "performance" realizado en el Museo de Arte Moderno:


 

 

 
 
 
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