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Timbuktu
El artista Timbuktu ha criticado anteriormente diferentes publicaciones con contenido racista, como esta, en Metro. Foto: Metro.
 

08 de octubre de 2012 | COLUMNA |

Las mismas viejas caricaturas de los negros

Después de la decisión de la Casa de la Cultura de Estocolmo de retirar los comics de Tintín – y más tarde de incluirlos nuevamente en la biblioteca juvenil – el debate acerca de si la decisión de Behrang Miri estuvo acertada o no, no ha cesado. El jefe de cultura del matutino Dagens Nyheter escribe acerca del tema, y el artista Jason Diaketé, mas conocido como Timbuktu, comenta la columna.

Fuente: DN 04-102012 Jason Diakité. Traducción: Magazín Latino

Después de haber leído la crónica de Björn Wiman en el DN del domingo (30/09), quiero comenzar diciendo que en esencia tiene razón. El arte no debe ser analizado de antemano, censurado posteriormente o controlado de cualquier otra forma que no sea por el artista. Pero como una persona no de color blanco, quiero contar lo doloroso del ejemplo Tintín en el Congo y el actual Corazoncito es que la caricatura de las personas negras perdura incluso en la actualidad.

Las personas negras todavía y a menudo son retratadas como subhumanos, bestiales con todos los atributos normativos y estereotipados inherentes.

En contraste se puede ver la forma que el mundo retrata a las personas de origen judío.

Ocurren muy, muy rara vez en las historietas con características muy satirizadas o en libros infantiles de una manera condescendiente. Ese filtro está programado en los artistas mismos.

Un retrato así de los judíos es reprobable y de mal gusto y ese conocimiento es emocionalmente arraigado en la mayoría de la gente pensante de hoy.

Sin embargo ese arraigo emocional no ha ocurrido en lo que se refiere a como son retratadas las personas negras. La discusión sobre las negerboll todavía ocurre por lo menos un par de veces al año para mí y no pasan muchos días en los que no note en una historieta de algún periódico donde las personas negras no sean retratadas muy despectivamente.

¿Cómo puede una sociedad quitarse el yugo de la estereotipación sin acciones concretas?

En la Suecia actual noto que esta estereotipación más bien aumenta que disminuye. El lapso de tiempo entre Tintín y Corazoncito muestra justamente esto. Nosotros como especie no nos hemos movido muchos milímetros en la cuestión de tener en cuenta cuales imágenes de personas negras encontramos que son socialmente aceptables.
 

 

 


 
 
 
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