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Hipatia de Alejandría
 
 

22 de mayo de 2013 | COLUMNA |

Hipatia de Alejandría

En un periodo de transición entre la Antigüedad Clásica en decadencia y una Edad Media naciente, vivió y murió Hipatia, la primera científica del mundo occidental, brutalmente asesinada por monjes parabolanos de la iglesia cristiana custodios de Cirilo. Este poderoso señor fue obispo de Alejandría y posteriormente canonizado. Hoy se le conoce como ”San Cirilo de Jerusalén”. El asesinato de Hipatia coincidió con los últimos años del Imperio romano al que Alejandría estaba sometida. Esta trágica muerte refleja una expresión brutal de comportamiento primitivo e irracional que en su evolución ha recorrido y se recorre caminando aún a tientas en la oscuridad en la violencia de género.

Por: Consuelo Carrillo Meza

Hipatia fue hija única de Theon, astrónomo, matemático y el último director del famoso museo de Alejandría. Hombre de ideas muy avanzadas para su época, rompió con los cánones impuestos sobre la mujer y desde niña la introdujo al mundo intelectual al que él pertenecía. Luego la envió a Atenas a completar su formación y ahí ella estudió Filosofía, Matemáticas y Astronomía.

En la época de los Tolomeos, Alejandría era la ciudad más importante del mar mediterráneo y su Ágora era el centro urbanístico en el que se encontraban el gimnasio, el teatro, el gobierno, los mercados, los baños y en general era el centro de reunión y de intercambio de los ciudadanos. Este diseño fue planificado por Hipodamo, el padre del urbanismo y su concepto de Ágora se basaba en el lujo, la comodidad y la perfección de un conjunto de edificios de importancia urbana.

Al volver Hipatía de Atenas, según Suidas el enciclopedista, había sido nombrada oficialmente para explicar a Platón y a Aristóteles y para ser cabeza de la Escuela Neoplatónica. Por tal razón se resistía a las creencias aristotélicas de que la tierra era el centro del universo según Tolomeo. La científica se encontró que la ciudad se había convertido en un hervidero en el que bullían las ideas de buscadores de conocimientos y de estudio, un centro de investigación, de creación y fabricación de instrumentos científicos, un ir y venir de gente de todas partes del mundo y un punto de encuentro de la ciencia y la erudición. No obstante, a la vez prevalecía un ambiente convulso en materia religiosa de abierta hostilidad cristiana contra los paganos y los judíos. Tan nefastos e inesperados sucesos determinaron su muerte.

Había abierto su casa para convertirla en centro intelectual donde se reunían los estudiosos para discutir temas científicos y filosóficos, teniendo entre sus discípulos a personalidades tales como Sinesio de Cirene con quien mantuvo correspondencia aún cuando él se convirtiera al cristianismo y fuera nombrado Obispo de Tolemaida; a Orestes, Prefecto Romano de Egipto quien la instaba a convertirse a la nueva religión pero ella, leal a la ciencia, hizo siempre caso omiso de sus ruegos.
“La Más Grande” tal es el significado de su nombre, por aquellas circunstancias se vio envuelta en la lucha por salvar la sabiduría del mundo antiguo. Su invaluable aporte científico, su fortaleza espiritual, hidalguía, lealtad a la ciencia y sobre todo su idea heliocentrista determinó una influencia que no podía pasar desapercibida y menos aún al Obispo Cirilo. Hipatia con su fiel discípulo, Sinesio, comprobó el principio de la ley de la gravedad que en el siglo XVII desarrolló el científico Isaac Newton así como el movimiento de los astros desarrollado y la relativa elipticidad de las órbitas posteriormente expuestas por el astrónomo Johannes Kepler. Resolvió teoremas, mejoró el astrolabio y construyó instrumentos aplicados a la navegación náutica.

Hipatía fundó la Escuela Neoplatónica de Alejandría que cien años más tarde seguía impartiendo sus enseñanzas y tal relevancia intelectual en una mujer suscitó el celo y el antagonismo de Cirilo El Patriarca, quien a la vez se enemistó con Orestes, el Prefecto Romano de Egipto, por ser discípulo y amigo de la científica. Por lo cual fomentó en sus custodios los parabolanos, que eran conocidos por crueles, violentos y alborotadores, quienes la acecharon, arrastrándola hasta la iglesia de Cesarión y la ultrajaron, desnudaron, acuchillaron y desollaron con trozos de cerámica afilados, luego la quemaron y esparcieron sus cenizas en una tierra que evidentemente necesitaba esta clase de abono. A más de su aporte científico, de su cuestionamiento sobre la teoría geocéntrica y su propuesta de la posibilidad de una teoría heliocéntrica, propugnó ideas integradoras de convivencia pacífica entre culturas y religiones que perduraron a través de diez siglos basados en sus enseñanzas de la filosofía neoplatónica.

Gracias al cineasta Alejandro Amenábar, quien llevó a la pantalla grande la película Ágora, estrenada el 9 de Octubre de 2009, se actualizó la figura de Hipatia despertando el interés de la intelectualidad femenina por investigar y difundir la vida y obra de la primera mujer científica del mundo occidental adormitado en la oscuridad.

 

 

 


 
 
 
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