Los espantosos detalles de la masacre en Utøya

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La apacible isla de Utøya se transformó en un infierno el 22 de julio de 2011. Foto: Aftonbladet.

23 de abril de 2012 | MUNDO - NORUEGA |

Los espantosos detalles de la masacre en Utøya - quinto día

OSLO:Cien voces le repetían, dentro de su mente: "No lo hagas, no lo hagas". Pero el terrorista noruego hizo oídos sordos a las voces, y aniquiló metódicamente a un joven tras otro, en el campamento veraniego de la isla de Utøya.

- Ahora quiero advertirles a quienes no quieran escuchar que abandonen la sala, porque voy a contar todo, había dicho, faltando 15 minutos para las dos de la tarde del viernes. El quinto día de comparecencia ante el tribunal de Oslo se llevaba a cabo y cuando todos habían creído que lo dicho por Anders Behring Breivik el día anterior, el jueves, había sido lo peor del juicio, este viernes 20 de abril de 2012 sobrepasó ya todos los límites de lo que una persona es capaz de asimilar.

Un periodista noruego expresó en el noticiario de la tarde:
- Fue inaguantable. De pronto no pude seguir escribiendo, solo quería llorar. Lo miraba, tratando de descubrir algo de humanidad en él, pero allí no hay nada. No es un ser humano, dijo el reportero.

Y Oisin Cantwell, uno de los enviados especiales del vespertino Aftonbladet, escribió: "No creo que exagere si sostengo que ayer posiblemente fuimos testigos de lo más repugnante que se haya visto en un tribunal europeo en tiempos modernos".

La primera parte del proceso en contra del asesino de masas más sanguinario de la historia en Noruega llegó a su fin este viernes, dejando a quienes se encontraban presentes en profunda consternación. Aun quedan nueve semanas donde se examinarán todos los detalles del sangriento doble atentado. Nueve semanas más de dolor para los familiares y los sobrevivientes. Nueve semanas a la búsqueda de la verdad y la justicia. (Advertencia: lectura apta solo para personas de criterio formado).

Por: Marisol Aliaga

"Debemos contar, pero no debemos contar todo", escribe Oisin Cantwell, en Aftonbladet este viernes, explicando que los periodistas que cubren el juicio en contra de Anders Behring Breivik y gracias a quienes nos llega la información de lo ocurrido dentro de la sala 250 del tribunal de Oslo no pueden contar todos los detalles. Por respeto a los familiares de las víctimas y porque estos son repulsivos.

Y los reporteros de los distintos medios allí presentes describen como Breivik miró en sus papeles - al parecer había escrito algunos puntos - advirtió que abandonaran la sala "quienes son muy sensibles", y se sonrió.

Jugando con un lápiz entre los dedos, hablando con términos que parecían buscados de la milicia – nombrando a los jóvenes como "los AUF" – con su tono de voz alto, pero tranquilo y pausado, contó como aniquiló a joven tras joven, uno detrás de otro. En total 69 personas, ese 22 de julio de 2011.

Luego de haber hecho detonar la bomba en Oslo, se vistió con su falso uniforme de policía y condujo la furgoneta hacia su próximo objetivo: la pequeña isla de Utøya.

La policía noruega había tomado la decisión de evacuar a la población del centro de Oslo, después de la explosión en la sede de gobierno, lo cual fue un error garrafal. El terrorista pudo conducir sin problemas hacia la isla, sin que nadie lo detuviera.

Al llegar al muelle se presentó como un policía que iba a inspeccionar la isla, a raíz del atentado en Oslo, y se embarcó en la lancha rumbo a la pequeña isla. En el bolsillo llevaba una pistola, en la mano un rifle.

- Todo el cuerpo luchaba en contra cuando tomé el arma en la mano. Cien voces en mi cabeza me decían: "No lo hagas, no lo hagas". Pero yo pensé que ahora o nunca, dice Breivik, luego de un profundo suspiro.

Al arribar a la isla, el encargado de seguridad, Trond, de 51 años, sospecha de inmediato de que realmente sea policía, y le pide que se identifique. Breivk le contesta con un balazo en la nuca. Es su primera víctima. La siguiente es la "madre Utøya", Monica, de 45 años.

Breivik cuenta que todos comenzaron a correr en distintas direcciones y se formó un caos total. Una muchacha joven trató de arrancar, pero le disparó a ella también.

- Muchos gritan y suplican por sus vidas. Yo saco la recamara del rifle y pongo un nuevo cartucho. Les disparo a la cabeza y cuando están en el suelo los remato. Hay un hombre que corre en zigzag, para evitar las balas. Así que le disparo al cuerpo.

Hace una pausa, y respira hondo.

- Algunos de ellos estaban paralizados. No lograban huir. Se veía extraño. Así no pasa nunca, en la televisión o en las películas.

Breivik describe detalladamente la bestial masacre. Como y cuando mató a los jóvenes inocentes, la mayoría de menos de 25 años de edad. "La mayor parte de lo que dice no se puede publicar", escribe Aftonbladet.

Y habla durante dos horas. Pero a la media hora de haber comenzado su relato, la jueza ordena una pausa. El asesino dice a veces que no recuerda lo que pasó, pero al momento siguiente cuenta más detalles.

En el "sendero de los enamorados", el lugar favorito de la mayoría de los chicos y chicas mata a unas diez personas. Uno tras otro, con un tiro en la cabeza. Continúa hacia una cabaña donde se encuentran varios jóvenes, que le suplican que no los mate. Les dispara a todos. No sabe a cuantas personas ha aniquilado. Cuando abandona la cabaña, se topa con un muchacho que, al parecer no se ha enterado de nada, al escuchar música en su Ipod, a todo volumen. También le dispara.
Y no solo una vez, varias veces, porque también vio a jóvenes que simulaban estar muertos, pero que vivían. Entonces, les disparó a todos "tiros de control".

Cuando se encuentra en una casa y busca un encendedor para prender fuego a una cabaña donde se esconden varios jóvenes, encuentra un celular en el suelo y piensa que su misión está cumplida. Llama al número de emergencia pero no logra comunicarse.

Al final de la masacre, y cuando el comando especial por fin había desembarcado en la isla – después de un intento fallido que ocasionó mas de media hora de retraso, en la cual el terrorista siguió cegando vidas inocentes – pensó en pegarse un tiro.

- Entonces pensé: ¿quiero vivir después de esto? Seré el hombre más odiado de Noruega. Si me pego un tiro en la cabeza debe ser ahora. Pero pensé en lo que escribí en el manifiesto, que hay que luchar, y decidí que quería vivir.

Al llegar la policía se entregó sin ofrecer resistencia. "No quería recibir una bala en la cabeza", dijo.

Por la mañana, su abogada Vibeke Hein Bæra - tiene un equipo de cuatro abogados - le preguntó que sentía al hablar de lo que había hecho.

- Son actos terribles. Yo no creo que yo sea capaz de estar en el juicio si no me distancio de todo esto. Pero hay que considerar esto en relación a un objetivo superior. Se trata de una cruzada.

Dice que no es posible comprender el sufrimiento que ha causado, pero que tampoco tiene esa ambición. Que ha deshumanizado sistemáticamente sus "objetivos". Que era una condición para poder llevar a cabo lo que hizo. Que a través de meditación japonesa y fármacos especiales se ha podido distanciar emocionalmente.

- Yo era en realidad normal hasta el 206, cuando comencé mi entrenamiento de distanciamiento emocional. Yo sé lo que he hecho, sé lo que he ocasionado, pero no pienso asimilarlo, dice.

Ante la pregunta de la fiscal Mette Yvonne Larsen de si sabe quienes están sentados entre el público, responde:
- Yo veo victimas y sobrevivientes a quienes yo les he destruido la vida y a quienes le he ocasionado un dolor tremendo.

¿Entiendes tú lo que ellos sienten ahora?
- Yo no puedo afirmar que tengo la posibilidad de entender el sufrimiento del dolor que he causado.

¿Sabes lo que es la empatía?
- Si, la capacidad de ponerse en la situación de otros.

¿Lo puedes hacer?
- Si yo tratara de entender eso no podría aguantar estar aquí o seguir viviendo después del 22. Pero yo sé lo que he hecho.

¿Por qué no lo puedes hacer ahora?
- Yo me vendría abajo mentalmente si me tratara de poner en la situación de ellos.

¿Cómo ves tú tu estado mental?
- Es simple: yo no soy un enfermo mental. Yo estoy en pleno goce de mis facultades mentales. Pero yo encuentro que es difícil de entender esto en Noruega.