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Un juicio y una canción por la diversidad
Más de 40 mil personas se congregaron en Youngtorget, pleno centro de Oslo, para entonar 'Hijos del Arco Iris', junto al artista noruego Lillebjørn Nilsen, mientras Breivik se encontraba en la corte. Foto: Dn.se.
 

30 de abril de 2012 | MUNDO - NORUEGA |

Un juicio y una canción por la diversidad

OSLO: Con el puño derecho en alto tras habérsele soltado las esposas, Anders Breivik, de 32 años, compareció ante los máximos tribunales noruegos el pasado lunes 16 de abril por sus cobardes asesinatos. Su abogado Geir Lippestad describió el gesto como un saludo de "extrema derecha". El juicio termina el 22 de junio y tiene confundido a todo un pueblo que busca, tras la masacre, una paz interior que sólo una canción infantil ha logrado despertar.

Por: Rodrigo Durán Alfaro (*)

El primer día de juicio, la fiscal, Inger Bejer Engh, detalló cómo cada una de las víctimas fueron asesinadas e informó acerca del devenir de los heridos, a partir de un documento que consta de 19 páginas con meticulosas descripciones de lo sucedido. El ambiente fue de una sala estupefacta y un victimario indiferente; Breivik no tomó en ningún momento contacto ocular con la fiscal al ni siquiera levantar la vista clavada en sus propios papeles.

Breivik está siendo procesado por el atentado de bomba contra la oficina de gabinete del gobierno noruego y por la masacre que desató en la isla de Utøya. Breivik reconoció la autoría de los asesinatos pero estima no merecer castigo alguno, argumentando que se vio obligado a realizar este ataque para protegerse a sí mismo. También deslegitimó al tribunal cuyo mandato proviene de partidos políticos que apoyan el multiculturalismo, según las propias palabras del acusado.
Durante los primeros cinco días, los fiscales Inger Bejer Engh y Svein Holden dieron cuenta de todo el procesamiento de acusaciones y datos de interés del autor, tales como su infancia, su vida durante los últimos años, los preparativos del atentado y su ideología de extrema derecha.


Posibles condenas a un ideólogo inhumano

La máxima pena de cárcel en Noruega es de 21 años. En el país existe además el llamado "förvaring" que es un tipo alternativo de penalización que consiste en la privación de libertad del acusado. Esta condena tiene una duración máxima también de 21 años, pero con la posibilidad de alargarla cinco años las veces que sea estimado necesario por el tribunal en cuestión, en los casos de personas que sean evaluadas como riesgo permanente contra la sociedad. Aproximadamente un tres por ciento de los presos noruegos cumplen este último tipo de condena.

Una tercera alternativa dice relación con el recientemente instaurado párrafo 102 del código penal noruego, que tiene que ver con "crímenes contra la humanidad" lo que puede dar un máximo de 30 años de cárcel. Nadie ha sido objeto de este tipo de acusación.

"De qué es culpable no hay duda alguna. La gran pregunta es si tenemos que considerarlo como un loco solitario o asesino ideológicamente consciente", escribe Daniel Poohl en una editorial publicada días antes del comienzo del juicio a Anders Breivik en el periódico experto en grupos y movimientos de extrema derecha Expo. Poohl también se pregunta si realmente Breivik actuó realmente solo. De cualquier forma, sus ideas están diseminadas en el Counterjihadrörelsen (Movimiento "Counterjihad").

Muchos de los testigos han dejado en claro que la idea de realizar un acto terrorista como el ocurrido, proviene de un movimiento ideológico concreto y no es producto de un simple arranque de locura del autor, por el contrario, todo fue calculado con extrema frialdad. El acusado, que no manifiesta arrepentimiento, ha expresado que cometería estos asesinatos nuevamente y que lo único que le pesa es no haber matado a más personas. Además mantiene su discurso antiislamista y anti multiculturalismo, el mismo discurso que diferentes grupos y partidos dan a conocer a la opinión pública mundial tanto en Europa como en Estados Unidos.

Un primer paso contra Breivik y en contra de los movimientos antiislamistas y racistas en general es que 40 mil personas, adultos, jóvenes y niños, se dieran cita en Oslo, muy cerca de la sala de juicios, para cantar una bella canción infantil un lluvioso mediodía del pasado 26 de abril, que entona una melodía desmarcada de contenidos tendenciosos, una melodía en pro de la diversidad, una melodía que representa – hasta el momento – la condena más efectiva en contra del odio que se asienta en Breivik y en un movimiento inhumano y cobarde.

 

(*) Rodrigo Durán Alfaro:  Periodista titulado en Chile y profesor de enseñanza media, titulado en Suecia. Escribe acerca de temas sociales y culturales. Corresponsal de Norrköping.

 

 

Miles de noruegos entonaron el tema de Pete Seeger, "My Rainbow Race", en Youngstorget. Esta versión noruega es de autoría de Lillebjørn Nilsen, quien también la interpreta.

 

 

 

 

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