Logotipo

Portada Suecia América Latina Mundo Multimedia
 
 
Katerina Choul
Katerina Choul Kor fue violada durante siete años. Ella fue tomada como esclava sexual cuando tenía 14 años. "Éramos más de 50 mujeres en la misma celda", dice. Katerina es la única que a vuelto a su pueblo. Es casada, pero debido a daños ocasionados por las violaciones nunca podrá se madre. "Yo quería tanto tener hijos", dice ella. Foto: Aftonbladet/Magnus Wennman.
 

19 de marzo de 2012 | SUECIA - SUDÁN DEL SUR |

Las víctimas olvidades del petróleo

Por estos días se está llevando a cabo una investigación preliminar para aclarar la posible responsabilidad de la empresa sueca Lundin Petroleum respecto a las violaciones a los derechos humanos en Sudán del Sur.

Se acusa a la petrolera de hacer negocios basados en especulación de los recursos naturales de los países pobres, principalmente de petróleo y gas, sin tomar en cuenta los principios de democracia o de simple ética.

13 de los 24 ministros en Suecia poseen acciones en Lundin Petroleum. Pero no solo los ministros, también empresas de seguros o quienes ahorran para su jubilación.

El vespertino Aftonbladet comenzó, el 9 de marzo, una serie de reportajes acerca de Lundin Petroleum.

Este domingo, los hermanos Lundin contestaron las críticas, en un artículo publicado en Dagens Nyheter. "El único propósito de Aftonbladet parece ser levantar calumnias", escriben Ian y Lukas Lundin.

Este es el primer artículo de la serie de Aftonbladet. Mientras tanto, los periodistas suecos Martin Schibbye och Johan Persson siguen en la cárcel, en Etiopía. ¿El crimen que cometieron? Buscaban saber la verdad acerca de los negocios de la empresa Lundin Petroleum en la provincia de Ogaden.

Fuente: Aftonbladet. 2012-03-09. Traducción: Magazín Latino

En una oficina en la calle Brigad, en la ciudad de Linköping, se apila el material de evidencia en la investigación preliminar en curso en contra de la empresa petrolera sueca Lundin Oil.
El fiscal Magnus Elving, analiza la información sobre asesinatos y limpieza étnica en el Sudán del Sur.
La pregunta: ¿Es Lundin Oil culpable de violación del derecho internacional en esta región?
El equipo de Aftonbladet: Leo Lagercrantz, Jens Christian Brandt y Magnus Wennman regresaron al lugar del presunto delito.
En Unity State, en Sudán del Sur, nos encontramos con personas cuya vida fue destruida cuando Lundin Oil llegó al lugar.

 

Bentiu, Juba/Sudán del Sur: A donde vayas en Unity State, se ven las huellas.
Del petróleo y la guerra.
Los oleoductos cruzan los pastizales. Las barracas de trabajadores se esconden detrás de rejas oxidadas. El camino está lleno de vehículos militares perforados por las balas.
Este es Lundinland. Fue aquí, a uno de los lugares más olvidados por Dios en África, donde la empresa petrolera sueca Lundin Oil llegó en 1997. Para buscar el oro negro en Block 5 A – un lugar donde la pobreza encima del suelo contrasta a la riqueza en el subsuelo.
De la atmósfera llena de brillo de la capital Juba, gracias al dinero de la ayuda al desarrollo, hemos venido aquí a esta área sin leyes.
Aparte de los campos de petróleo solo hay puestos de control.
Kalachnikovs y traumatizados tipos en uniformes de camuflaje.

La primera persona que encontramos es un ex líder guerrillero.
Mabeak Lang fue uno de los rebeldes locales que durante 22 años lucharon contra el gobierno en Jartum.
Y en contra de las empresas petroleras internacionales, entre ellas, Lundin Oil.
Ahora nos sentamos en el polvo en un el patio de un cuartel en Pariang, donde es el comandante local.
- Dile a tus compatriotas de mi parte que queremos compensación. De Suecia. Dinero e infraestructura.
- Lundin nos exprimió, ahora queremos escuelas y hospitales.
Cuando le pedimos que nos cuente, saborea su te con canela y comienza en el año 1979.
Fue entonces que el gigante petrolero Chevron llegó al lugar.
- Antes apenas sabíamos lo que era el petróleo. Luego vinieron los norteamericanos y comenzaron a perforar. Ninguna persona fue dañada, ningún gran impacto al medio ambiente.
La luna de miel fue igualmente corta.
Cuando la gente en el Sudán del sur se dio cuenta que todos los ingresos del petróleo iban al gobierno en el norte, el respeto a Chevron se transformó en odio.
- Nuestra guerrilla atacó la sede principal.
Fue así como la guerra del petróleo comenzó. 22 años de infierno con asesinatos, desplazamientos y comercio de esclavos. Solamente durante la época de Lundin: 12 000 muertos y 160 000 personas desplazadas.

El enfatiza que al área a la que Lundin Oil llegó era una zona de guerra.
- Todo era caos. El ejército sudanés y la guerrilla peleaban. Las tribus árabes nómades hacían incursiones y se llevaban a las mujeres y niños como esclavos. Y en medio del calor de la batalla: una empresa de tu país.
Mabeak no cree ni por un segundo que Lundin Oil haya sido neutral.
- Al contrario, para poder comenzar a perforar aquí necesitaban el apoyo del ejército. Soldados fueron enviados para expulsar a todos los que vivían en área donde estaba el petróleo. Aldeas fueron incendiadas, civiles asesinados a montones.
- Solo aquí en Pariang mataron a cuatro, cinco mil personas.
Además él acusa a Lundin de haber indirectamente provisto de armas al régimen.
- Cada öre que Sudán ganaba por el petróleo fue invertido en equipo militar. De repente la fuerza aérea tenía helicópteros de ataque de Ucrania. Volaban sobre las aldeas disparando a todo lo que se movía.
Él está seguro, dice, que eran los pilotos de la empresa petrolera los que estaban sentados detrás de los controles.
- Un día volaban por Lundin Oil, otro por Jartum. No eran árabes, eran hombres blancos o asiáticos.

Con un calor de 35 grados camina una mujer en un vestido rosado hacia el cuartel.
Su nombre es Katerina Choul Kor.
De todas las mujeres que fueron llevadas como esclavas sexuales durante la guerra del petróleo, ella es la única que ha regresado a casa.
- Tenía catorce años cuando el ejército atacó mi aldea. Se llevaron a 200 mujeres en una sola noche.
Su voz es solo un susurro.
- Éramos más de 50 mujeres en la misma celda. Desnudas, sin comida, sin toilettes. Soldados venía todo el tiempo y nos violaban.
Duró siete años. En una cárcel en Sudán del Norte. Consecuencia: una vida destruida.
- Me habría gustado tener hijos. Pero no puedo.

Nos sentamos en el auto y conducimos a través del devastado paisaje.
Más puestos de control, más vehículos quemados a través del camino.
Más testigos de la participación de Lundin Oil en la guerra por el petróleo.
En una estepa desierta están los restos de Din Yien.
Fue un pueblo lleno de vida, con chozas, agricultura y ganado.
- Ahora esto es todo lo que nos queda, dice Ruei-Bawar Jieth, y señala al hombre a su lado.
Nos cuenta que su familia vivió aquí por generaciones. Sin ni una idea de lo que era el petróleo o su valor.
- Entonces vinieron los soldados. Marcharon aquí y exigieron que abandonáramos la aldea. Fue el año 1997.
-Cuando nos negamos, incendiaron las chozas. Se robaron nuestros animales y tomaron a las mujeres y niños presos. Todos los hombres fueron muertos a tiros. Mataron a mi mamá y papá y a mis hermanos.
- Yo hui a los pantanos.

En la capital Juba están los raperos Lam Tungwar y Emmanuel Jal.
Son famosos aquí e internacionalmente.
Su swing afro hip-hop es un culto en todas las metrópolis del este de África.
Lam hizo la música de la familia película "Blood diamond". Y Jal es el hombre detrás de la famosa canción "War child".
Pero igual que la ciudad afuera de las polvorientas ventanas, tienen un pasado destrozado.
- A los siete años era un niño soldado, dice Lam y se tira la corbata Armani.
Viene de Bentiu, el distrito del petróleo. Se recuerda cuando era un niño feliz. Y orgulloso de su padre que era el jefe.
- Cuando estalló la guerra fui separado de mis padres y terminé en un grupo guerrillero. Estaba solo y atemorizado, pero me prometieron que todo se arreglaría si combatía junto a ellos.
-Lo espantoso es que uno estaba orgulloso de tener un arma. Entienden, tenía siete años y mi propia kalachnikov.
Su colega Emmanuel Jal, que también fue un niño soldado, dice que las empresas petroleras les robaron su niñez.
-Éramos tan pequeños. Y pensábamos que la guerra era normal, que era normal matar.
- Fue después que entendimos que todo era culpa del petróleo.
- Si, dice Lam, sin petróleo, ninguna guerra.

Las personas con las que nos encontramos son testigos dignos de confianza.
Saben lo que pasaron. Vieron a sus parientes ser asesinados.
En las noches todavía sueñan con ataques de helicópteros y aldeas incendiadas.
Todavía no han podido contar su historia al fiscal Magnus Elving.
Pero si él se decide a procesar por violación al derecho internacional, quizás algunas de las personas con las que nos encontramos vendrán a testificar en contra de la poderosa empresa petrolera.
Entonces será su palabra en contra de la de Carl Bildt.

 

 

 

Archivos - Reportajes

 

Martin Schibbye y Johan Persson - Periodistas suecos encarcelados en Etiopía - Wikileaks

Wikileaks



 
 
 
Copyright 2011 © Magazín Latino

All rights reserved.