Noviembre 2010 - CULTURA
Secreto amor
Por Diego Casimiro
Como evitar pensar en caminar,
en recorrer con las palmas y los dedos de las manos,
cada centímetro, cada milímetro,
cada poro de tu piel,
por todas y cada una de las hendiduras de tu cuerpo
y subir a ese Monte de Venus para desde allí poder contemplar
ese valle y esos labios que abren la entrada al paraíso
y que me trasladaría al séptimo cielo...
como evitar pensar en dejarme caer desde esa parte delgada,
estrecha, que forma tu cintura
y que parte tu figura en dos para desde allí,
rodar por esas laderas y barrancos palmo a palmo,
lamiendo pulgada a pulgada toda la sal,
todas las gotas de rocío,
todo el elixir que exhumas,
hasta llegar a los confines de las raíces de tu cuerpo y así,
transportarte junto con toda mi sed de amor y de deseo
en una nube celestial hasta el nirvana y después...
y después morir.