Noviembre 2010
- AMÉRICA LATINA
Mona
Sahlin, al momento de su renuncia:
“Yo he jugado un rol importante, ahora
le toca a otros”
El pasado domingo 14 de noviembre
la líder del partido de la socialdemocracia,
Mona Sahlin, anunció su renuncia,
en una rueda de prensa convocada con
escasa antelación. “Cuando el partido
celebre su congreso extra, en marzo
del próximo año, se elegirá también
a un nuevo presidente. Esta es la
información que yo he entregado hoy
al partido”, declaró, visiblemente
conmovida, la dirigenta socialdemócrata.
Sahlin se refirió también a los pésimos
resultados obtenidos en los comicios
de septiembre. “Yo no creo que hubiera
sido adecuado ir a elecciones nuevamente,
con las mismas personas. Yo he jugado
un rol importante, ahora le toca a
otros”, dijo Mona Sahlin.
Por
Marisol Aliaga
Exactamente a las 17.11 de la tarde
del domingo pasado un sueño de toda
una vida se derrumbó, tal vez para
siempre. El sueño de Mona Sahlin,
y de todos quienes querían verla a
ella, como la mandataria de Suecia.
La primera mujer que ocuparía el cargo
más alto del país. A pesar de que
todos quienes le conocen la califican
de una luchadora incansable, la probabilidad
que existe de que la popular dirigenta
vuelva a ocupar un puesto importante
en el escenario político del país
son pocas. Y, sin duda, su ausencia
se hará notar.
Pasadas las 17.11 del pasado domingo
los grandes titulares del sitio en
la red del vespertino Aftonbladet
se llegaban a salir de la pantalla.
La noticia estremeció la escena política
del país. La ex candidata a primera
ministra del país, y dirigente de
la socialdemocracia anunciaba su dimisión.
¿La causa? Varias. Entre ellas la
dolorosa derrota sufrida por el partido
en las recientes parlamentarias y,
sin duda, una maraña de intrigas que
seguramente pocas posibilidades hay
que algún día se conozcan. No es ninguna
novedad que la líder no contaba con
el apoyo de todos los suyos y tal
vez el mismo Aftonbladet con razón
haya titulado la portada de la edición
del domingo con dos palabras: EXTRA
y: SVIKEN (traicionada).
Sin embargo, Mona Sahlin explicó,
con su franqueza habitual, “sus” motivos:
en primer lugar el poco apoyo de los
trabajadores hacia su partido. “Solamente
poco más del 20 por ciento de los
trabajadores de nuestro país votaron
por la socialdemocracia, el partido
de los trabajadores. Sólo se puede
sacar una conclusión de esto: Los
socialdemócratas han perdido el compás,
respecto a la época actual y respecto
a sus electores” escribió Mona Sahlin
en una declaración publicada en el
sitio webb del partido socialdemócrata.
De esta forma, la líder solamente
se mantendrá en su puesto hasta el
congreso extra de la socialdemocracia,
que se celebrará en marzo del próximo
año. Respeto a lo que hará después
de esta fecha, Sahlin no quiso dar
ninguna información, sin embargo declaró
que se retirará del parlamento. “Por
supuesto que antiguos dirigentes jubilados
no deben pasearse por los pasillos
del parlamento, hemos visto ejemplos
desastrosos de ello, a través de los
años” dijo, pero agregó que continuará
con su labor social. “Yo no abandonaré
el trabajo en contra del racismo y
la homofobia, entre otros. Mi trabajo
político tomará otras expresiones”,
declaró la dirigenta a la prensa.
No obstante, a pesar del interés
mediático que ocasiono la dimisión
de Sahlin, su decisión no asombró
a nadie y muchos veían esta como una
cuestión de tiempo, luego de la derrota
de la coalición rojiverde en las elecciones
pasadas. Ella misma apostó a una sola
carta, al exigir la dimisión de toda
la directiva de la socialdemocracia,
comenzando con ella misma. Ninguno
de los otros líderes manifestó su
deseo de renunciar a sus cargos. La
suerte estaba echada y alguien tenía
que salir. Según medios de prensa,
en la reunión del comité ejecutivo
del partido, del día anterior a su
renuncia, el sábado pasado, Sahlin
ya no contaba con el apoyo del mismo,
e iba a exigir su renuncia. Por lo
tanto lo mejor era renunciar por cuenta
propia.
Sin embargo, la idea de la renuncia
de la directiva ya la había presentado
anteriormente la presidenta de las
juventudes de la socialdemocracia,
Jytte Guteland. Y Mona Sahlin decidió
apoyar esta exigencia. Guteland declaró
el domingo pasado a la prensa, después
de la conferencia de prensa: “Mona
Sahlin ha sido una muy buena presidenta
del partido, pero durante una época
muy difícil para la socialdemocracia.
Yo hubiera querido que hubiera sido
ella quien dirigiera el proceso de
renovación del partido, pero al mismo
tiempo comprendo su decisión”.
Según algunos politólogos suecos, un
error fundamental que cometió Mona
Sahlin, y que la llevó a su renuncia
de ahora, fue el formar una coalición.
En octubre del 2008 se formó la coalición
rojiverde, que, en sus comienzos no
abarcaba al partido de izquierda,
sólo al del medioambiente. Sin embargo,
solamente unos días después el partido
de izquierda fue también bienvenido
a arrimarse al fogón rojiverde. Coalición
que duró hasta poco después de las
elecciones.
Respecto a esta, la dirigenta Maria
Wettrestrand (Mp) declaró a la prensa:
“A Mona Sahlin se le hace culpable
del fracaso del partido. Ella tomó
una decisión muy valiente y necesaria,
de entablar una cooperación con otros
partidos. Ahora se le acusa porque
nosotros no logramos ganar el poder.
Sahlin llevó la Socialdemocracia a
salir de su sueño de un gobierno de
un solo partido a la visión de que
el partido necesita construir alianzas”.
Sin duda que debe haber sido doloroso,
no sólo para Sahlin, sino también
para cualquier dirigente que hubiera
estado al frente de la socialdemocracia
en las peores elecciones que el partido
ha experimentado en 96 años. Y reconocer
que la socialdemocracia ya no es “El
Partido”, sino uno de tantos. Por
lo tanto, la comisión investigadora
que se formó, poco después de las
elecciones tiene una ardua tarea por
delante. El examinar las causas del
por qué del derrumbe del legendario
partido y de las medidas que se deberán
tomar. Tarea sin duda, nada de fácil,
muchos ven las próximas elecciones
del 2014 como, desde ya, perdidas.
Cuatro años son muy poco tiempo para
rescatar un partido a la deriva.
Aun es demasiado prematuro para elucubrar
acerca de si la ausencia de Mona Sahlin
dentro de la cúpula de la socialdemocracia
va a ser para mejor o peor. Pero no
es difícil ver que si bien su decisión
fue dolorosa para ella, fue también
de alivio. Justamente el hecho de
ser “ella” marca una diferencia. Como
lo dijo Lars Ohly (V):
- Estoy sorprendido. Al mismo tiempo
ningún político actual ha debido sufrir
una campaña negativa más amplia en
los medios. ..A mi se me hace muy
difícil el imaginarme que Mona Sahlin
habría sido expuesta al mismo tipo
de campaña negativa y de presión de
los medios – sin ayuda de su propio
partido – si ella hubiera sido un
hombre
Y basta sólo mirar las fotos de una
sonriente Mona, junto a sus tres correligionarios,
antes de las elecciones, y las fotos
actuales, para comprender que no ha
sido un camino fácil. Un camino que
podría haber resultado en la primera
vez que Suecia tiene una “Primera
Ministra”, como jefe del país, pero
que no alcanzó a hacerse realidad.
Como tantos otros sueños.
Email: mujermarisol@gmail.com