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Camila Vallejo
Camila Vallejo arriba a la conferencia de prensa celebrada en el local de la organización Víctor Jara en Estocolmo, el Gallo Colorao. En la foto también Ángel Lizama, Mario Toro, Pavel Contreras y Eduardo Vílches, entre otros. Foto: Carlos Palestro.
 

21 de febrero de 2012 | EDITORIAL |

El autogol

"El frío azota y enrojece las mejillas. Ni siquiera el sol resplandeciente vence el hielo que cuelga de los techos. El invierno ha llegado a Estocolmo y afuera de un local en Pontonjärsgatan en Kungsholmen hay un grupo de gente que da patadas en el suelo para mantener el calor. La mayoría son chilenos…", escribe Emma Lundström en un extenso reportaje acerca de la visita de la delegación juvenil chilena, que esta semana publicamos en ML.

Y, tal cual lo describe Emma Lundström, la mayoría de quienes esperábamos a la carismática líder del movimiento estudiantil chileno, Camila Vallejo, éramos chilenos. Que más que nada era a Camila a quienes queríamos ver no cabe la menor duda, durante todo el año pasado estuvimos atentos a su lucha junto a los estudiantes chilenos por una educación digna.

En efectivo, el frío esa mañana del día sábado 4 de febrero calaba los huesos, y teníamos que paliarlo a como diera lugar. Aunque, para ser sincera, con la rabia y la humillación que personalmente sentí, al negárseme la entrada a la conferencia de prensa con la líder chilena este pasó a ser un problema menor. Los 16 grados bajo cero poco me preocupaban. Solo pensaba en la injusticia que se estaba cometiendo.

 

Han pasado ya dos semanas de este triste incidente, y ninguno de los medios allí presentes hemos recibido explicación alguna de parte de los organizadores acerca del extraño comportamiento durante esa conferencia de prensa, realizada en el local de la Asociación Víctor Jara, llamado "Gallo Colorao". Personalmente creo que es hora de poner punto final a este lamentable episodio, dejarlo atrás y mirar hacia adelante: "Dar vuelta la hoja".

Sin embargo, como desde muy pequeña me interesé por las injusticias, ese es el motivo por el cual vine a parar a este país nórdico, siento que no puedo abandonar esto sin antes dejar constancia de lo ocurrido. Porque creo que es necesario dar testimonio de las injusticias, vengan de donde vengan.

Y, para hacer una corta reseña de lo ocurrido, como todos saben, ML estuvo cubriendo la lucha del movimiento estudiantil chileno durante todo el año pasado. La cobertura casi total se encuentra en este enlace.

Al organizarse las demostraciones de apoyo en Estocolmo estuvimos presentes, no solo con nuestra cámara y grabadora, sino también con nuestro corazón. Es por esto que, al saber que Camila Vallejo visitaría Estocolmo nos apresuramos a escribir a la organización Víctor Jara, con el fin de poder entrevistar a la joven líder, entrevista que incluso ya la habíamos anunciado. Me contestaron que su agenda estaba muy apretada, por lo que una entrevista seria imposible, pero que habría una conferencia de prensa en la Radio Bahía, a las tres de la tarde del sábado 4 de febrero y que "tal vez allí…".

Entendí lo de la apretada agenda, sin embargo, gracias a una colaboradora del magazín, me entero, el viernes 3 de febrero, de una conferencia de prensa convocada en el sitio de Internet Mynewsdesk, para las 11,30 de la mañana del día siguiente. Bastante extrañada por no haber sido informada de esto (ya que había manifestado mi interés) logro conseguir - en un mensaje de texto - la autorización de una de las personas que figuraban cono organizadores de la conferencia.

El sábado por la mañana llego muy temprano al local del Víctor Jara, acompañada de dos personas que sacarían fotos y de otra que nos llevó en su auto con las cámaras y otro material. Obviamente sin pensar exigir que ellos participaran de la conferencia, solamente que me ayudaran con la filmación y las fotos. En total seriamos unos seis medios latinos que concurrimos a la conferencia.

Sin embargo cual no seria mi sorpresa, al serme negado el acceso a la rueda de prensa debido a que esta era "solamente para medios suecos", dicho, con bastante arrogancia, por una de las organizadoras del evento. De nada valió explicar que Magazín Latino es un medio que se publica en Suecia, ni tampoco mostrar mi tarjeta de prensa emitida por el Sindicato de Periodistas de Suecia, miembro, además, de "The International Federation of Journalists" (IFJ). Tampoco del hecho de que, después de más de 30 años en el país, entiendo y hablo el sueco.

A los organizadores se les había puesto en la cabeza no dejar entrar a medios latinos a esta extraña conferencia de prensa, por lo cual todos los medios alternativos - de los cuales se expresó en términos tan cálidos Camila, en la actividad de la tarde - tuvimos que abandonar el lugar.

Algunos de ellos acataron dócilmente las instrucciones del director de Radio Bahía, de acudir a una conferencia de prensa en esta radioemisora, más tarde; la cual, por cierto no fue tal, sino un programa radial, con presentación de artistas locales y cosas por el estilo.

Detalle extraño, el mismo director de Radio Bahía, conocido de muchos años, desconoció también mi tarjeta de prensa, impidiéndome el acceso al local, pero dejando entrar a un colega que estaba a mi lado. Él solo quería tomar fotos, y se retiró a los pocos minutos de haber comenzado la conferencia, me contó más tarde.

Cabe destacar que las discusiones que se originaron en nuestro grupo de Facebook al día siguiente fueron acaloradísimas, ocasionando un hilo de más de 200 posteos, ya que obviamente, conté lo sucedido en el grupo. Fue muy reconfortante el apoyo recibido de parte de numerosos lectores, así como fue tragicómica la salida del personaje "Gallo Colorao", quien defendió, a duras penas lo indefendible.

Al cabo de dos semanas los ánimos se han calmado y seguramente ya a nadie le interese este incidente. Sin embargo, personalmente he querido dejar testimonio, en este editorial, del triste episodio que tuvo lugar en el marco de la visita de Camila Vallejo a Suecia. Un locutor de radio local habló en un programa de "lo bueno, lo malo y lo feo" de la visita. Obviamente este incidente correspondió al tercero.

Nombro a Camila porque, durante el encuentro de la tarde, en un pasaje de su discurso nos habló de la disminución en la educación de horas de educación cívica, de música, de arte, de todas las materias que hacen de los estudiantes seres pensantes y con capacidad crítica.

Porque, aun al cabo de dos semanas y al recordar nuevamente sus palabras, no puedo tampoco dejar de pensar en las palabras del joven que, excusándose por no dejarnos entrar al local, nos dijo: "Lo siento, yo solo soy un simple militante. Solamente cumplo órdenes".

Es de esperar que un episodio así nunca más vuelva a ocurrir, en nuestra comunidad. Porque vivimos en un país democrático donde (en mayor o menor medida) existe libertad de prensa y porque el hacer distinción entre "los suecos" y "nosotros" - cuando los fríos vientos de la xenofobia recorren Europa - no ayuda para nada a la integración.

Por el contrario, es un autogol.

 

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