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Encuentro literario junto al río y la montaña

Encuentro literario en Las Peñas. Foto: Lilian Aliaga.

 

08 de abril de 2014 | COLUMNA |

Encuentro literario junto al río y la montaña

 

Por: René Barraza Pizarro

 

En este mundo continuamente evolutivo y tecnológico, la necesidad de la introspección y el recogimiento, son un espacio ajeno, casi inalcanzable. En nuestro país, al igual que en muchas culturas occidentalizadas, vivimos agobiados y aún, cuando percibimos que algo nos falta, no nos damos el tiempo para escuchar nuestro ser interno. El individuo transita sus días, uno tras otro, sin estar consciente de cómo los ha vivido. A veces, una caminata aquieta el alma y da un reposo a la cotidianeidad de lo inmediato y atemporal, librándonos de las consecuencias de una globalización que nos conecta al todo, pero que nos desconecta del yo, del alma, del ser.

A veces, un poeta, rompiendo el canon de lo cartesiano: lo lógico y racional, derrama su yo frente al todo y se libera de barrotes imperceptibles, como en el poema de Catalina Marambio Segovia, de apenas 17 años, una poeta, como tantos que componemos la invisibilidad literaria de un pueblo, y que en su poema “Cárcel”, nos dice:

“Amigo, démonos la manos, gritemos libertad.
¿Qué libertad? La del alma, de la vida real.
¿Eres feliz en esta cárcel?
¿Qué cárcel? Esta, ¿dime, no la ves?
La sociedad simple, es una cárcel.
La libertad es vida real, es espíritu.”

De la misma forma que un místico en las primeras civilizaciones, esta joven poeta devela en ese extracto, ataduras indelebles que la coartan y no le permiten alcanzar la conciencia de su ser, su trascendencia.

Este sábado 29 de marzo, el Centro de Extensión Cultural Pablo Neruda de San Fernando, junto a esta joven poeta de Agua Buena, integrante de uno de nuestros Talleres Literarios Rurales de esa localidad, formados ya, hace 2 años, nos dirigimos a la pre-cordillera para realizar la presentación del folleto de cuentos cortos, y que resume el trabajo recolectado durante el 2013, en otro de nuestros laboratorios de la palabra escrita, “El Taller Literario Rio de Luz”, del sector Las Peñas. El 2012 los talleres rurales fueron para enseñar a crear poesía, y los del año pasado para la construcción de la narrativa, en especial “el cuento”.

Fue un año más de trabajo, en que los nerudianos tuvimos la oportunidad de fortalecer los lazos con comunidades mágicas, por su contexto natural y estrechar lazos con un colectivo particular, distinto, de un vivir apacible y pausado. Al principio, desde la perspectiva de los participantes, la creación les parecía lejana e imposible, sin embargo, como en todo oficio la perseverancia entregó sus frutos: palabra a palabra; frase a frase; estrofa a estrofa; hasta lograr la unidad creativa que portaba la cosmogonía individual de los nuevos escritores.

El viento estuvo siempre presente en este acto literario, desde que tomamos el furgón en San Fernando, a las 11:00 AM, de ese día sábado, hasta después, cuando fuimos recibidos por los nuevos literatos de Las Peñas. Era como el presagio de un cambio, de un nacimiento, de un rumor de palabras y emociones. Cuando compartíamos con los integrantes del Taller Literario Rio de Luz, nuestros amigos: Lilian Aliaga, Isabel Cáceres, María Duque, Luis Molina, Raquel Rifo, María Magdalena González, Teresa Campos, Anita Olivares, Nelson Berríos, Delicia Gaete, Manuel Campos y algunos vecinos de la localidad, tuvimos que hacer un aro para ir a recoger las cebollas de la huerta, antes, de la posible lluvia que se avecinaba.

Fue una actividad emotiva, sentida. Cada uno desplegó variados mundos a partir de sus creaciones, a ratos entre el pudor y la mesura, las palabras que extendían puentes internos entre los asistentes, derramaron diálogos de esa esencia primigenia y universal, pero olvidada. Las palabras fueron el viaje a otras dimensiones, a otros estados, al pulso del corazón y el alma, entonces, el yo supo de sí y fue consciente de ese eco que rebota molécula a molécula portando la verdad básica de todo lo cierto. Al llegar la tarde y la hora del regreso, y con la melancolía del término, algo quedó más allá de las creaciones literarias, pues supimos que de lo simple había ardido una llama atávica y milenaria, la del ser, la del hoy y del soy.

Cuando el habitante comprenda que es preciso darse un tiempo para el encuentro, y salga a buscar vínculos que le permitan estos espacios, estará construyendo la vivencia más importante de sus días, y cuando los centros culturales como el nuestro, vivan la palabra en la gente y con la gente, estarán construyendo nuevos mundos. Por ello, es vital reconocer y agradecer a instituciones como La Ilustre Municipalidad o la Casa de la Cultura de San Fernando, que apuestan a la importancia de estos acercamientos. Gracias a ellos, estos talleres, nuestra organización, y las agrupaciones como Montaña Mágica de la Junta de Vecinos de Las Peñas o El Taller Rio de Luz y también el Taller de Agua Buena y de otros que este 2014, nuestra institución pretende crear,  viven y se reactivan. Gracias a estas apuestas, es posible la conclusión de estas experiencias.

 

René Barraza Pizarro, Presidente del Centro de Extensión Cultural Pablo Neruda de San Fernando.

 


Encuentro literario junto al río y la montaña

Encuentro literario en Las Peñas. Foto: Lilian Aliaga.

Encuentro literario junto al río y la montaña

Encuentro literario en Las Peñas. Foto: Lilian Aliaga.

Encuentro literario junto al río y la montaña

Encuentro literario en Las Peñas. Foto: Lilian Aliaga.

Encuentro literario junto al río y la montaña

Encuentro literario en Las Peñas. Foto: Lilian Aliaga.

Encuentro literario junto al río y la montaña

Encuentro literario en Las Peñas. Foto: Lilian Aliaga.

 

 

 

 

 

 

 

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