13 de febrero de 2011 - COLUMNA
Un cambio de vida
Por Juan Mella
La siguente columna fue escrita el 4 de Mayo del 2010. Un monento en que mi vida cambió para mejor. Una etapa que llegó a mí para siempre.
Muchos se han preguntado, muchas quieren saber. Así ha sido alrededor mío estas últimas semanas. Muchas que están cerca de mí saben que algo grande va a pasar en mi vida. Yo he bromeado con que voy a cambiar de sexo pero no es la verdad. La verdad la tienen que saber, aunque me avergüenzo de haber llegado a este límite pero al mismo tiempo anhelo este momento de mi vida, ya que comienzo una nueva etapa.
Era bien chiquitito cuando llegué a Suecia junto a mi mamá, pero todavía recuerdo cuanto tuvimos que pasar y sufrir, hasta que nos llegó la respuesta de que nos podíamos quedar en este país. El vivir siete años en forma clandestina no fue fácil, para una madre sola. Pero la historia terminó feliz. Cuando ya pensaba que todo estaba bien y que la vida era hermosa me decidí a encontrarme con mi padre, con tan mala suerte que me enteré que había fallecido hace un mes atrás. El hombre que me dio la vida y al cual nunca pude conocer ya no estaba en esta tierra. Según mi doctor, estos incidentes de mi vida pueden ser el gran motivo de mi obesidad. Según él, muchos factores influyen para que se presente la obesidad.
Fuera de esto, con el tiempo mi obesidad ha ido en aumento, porque tampoco me cuidé bien. Comiendo grandes porciones de pizza, panes gigantes con rellenos ricos, carnes y carnes y mucho más. Que se puede decir, super rico todo pero ya ese tiempo pasó. Yo soy enfermo de obesidad si decimos la verdad, pero según el doctor tengo una obesidad "buena". Soy muy activo diariamente, entreno mucho en el gimnasio. Si comparamos con otros hombres macizos, hay algunos que ni se pueden amarrar los zapatos, pero yo no llegué a ese límite menos mal. No me veo a mi mismo como una víctima, pero sí soy culpable de cada kilo que me he comido en mi vida. Si le preguntan a mis seres cercanos, dirán que es la comida lo que me hace feliz. Pero esto también es de familia. La obesidad viene también en los genes. Pero ahora cambiará todo…
Yo quiero vivir una vida larga. Con sólo 23 años y ya pronto un año de casado, hay planes de aumentar la familia. Ahora somos tres, con mi hermosa perrita Lola. Anteriormente he intentado bajar de otras formas pero he fracasado. Si ha funcionado no lo sé, no he bajado mucho pero tampoco he subido más. Pero ahora es hora de métodos más fuertes. Una operación me espera. Una operación que cambiará mi vida para mejor.
Tenía dos opciones: un Gastric Bypass o un Gastric Banding, yo preferí esta última, el Banding. Me gusta mi cuerpo y no quiero dañarlo mucho como haciendo cambios fuertes dentro de mí, como hacen en la operación de Bypass. Las dos operaciones tienen sus buenos y malos puntos. Lo más malo del Banding es que uno no baja mucho de peso. Pero el doctor me dijo que como yo tengo la voluntad de bajar por cuenta propia, la operación serviría más que nada como un apoyo. No tengo miedo, solamente anhelo el cambio.
Hoy comienza este viaje. Trabajo hasta el final, pero después del trabajo me iré con mi maleta directo al Hospital Karolinska, para estar listo en la mesa de operación a primera hora del día siguiente. Es entonces cuando el doctor me dirá que cuente hasta diez. Seguramente contaré solamente hasta dos, y despertaré a las horas después con la respuesta que todo salió bien.
Bueno, queridos lectores, esto pasó en mi vida en mayo del 2010. Ya en poco tiempo se cumple un año de la operación, y he bajado 24 kilos en total. Estoy feliz, pero este camino no se acaba aquí. Sigo adelante luchando, cuidándome y siempre pensando que todavía falta para la meta final. Todo tiene su tiempo, todo tiene su tiempo.
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