15 de agosto de 2013 | CULTURA - LITERATURA |
Algunas palabras sobre el libro Josef Kinski y la muerte - de Merkel Garay
"Quién puede saber más de la muerte que un muerto resucitado?
Por: Víctor Aquiles Jiménez H.
En esta obra, Josef Kinski y la muerte, (en sueco: Josef Kinski och döden) pareciera que el autor, Melker Garay, hubiera escogido los personajes claves para hablar de la muerte y quizás de sus propias aprehensiones y temores, en una especie de exorcismo y sátira para concebir así una novela basada en este desgraciado suceso, por el que tenemos que pasar todos tarde o temprano. Seguro que coincidiremos al unísono en pensar con mucha rapidez que hay otros profesionales que podrían también dar cátedras sobre la muerte, como médicos, científicos e investigadores de laboratorios de experimentaciones diversas sobre la vida, la prolongación y calidad de ésta, verdugos, religiosos, militares y soldados de élite de las fuerzas armadas, policías, bomberos, terroristas, mafiosos, criminales a sueldo, periodistas, etc., la lista puede ser larga, porque estas personas y profesionales deben tener presente la muerte como parte de sus actividades, y para interpretarla, filósofos, teólogos, poetas, escritores y artistas en general, pero pensándolo seriamente ¿qué relación puede ser mejor que la de un sepulturero de un cementerio con la muerte, que ha dedicado toda su vida entera a enterrar a personas muertas, y quizás más de alguna vez vivas, estando incluso él mismo en una sepultura por accidente? Un sepulturero recibe el encargo de enterrar a muertos a diario, los conoce en el momento en que los enterrará y reflexionará sobre ese proceso quiera o no. No convive con sus "clientes" no tiene más relación con ellos que lo que dura la ceremonia de enterrarlo, y sabe que es lo único que tiene que hacer con ellos, no necesita sanarlos, ni rehabilitarlos, ni perseguirlos, ni amenazarlos, ni entrevistarlos ni investigarlos, solo enterrarlos. Hará su trabajo de forma automática, será quizás aburrido, tedioso pero en algunas ocasiones pensará, se hará preguntas, hará análisis sobre su profesión y los muertos y la muerte, tendrá una experiencia interesante y única de su trabajo si es inteligente -y claro que lo es-, que sirva como transferencia a sus colegas, a la sociedad en general, y si carece de talento para escribir un libro, podrá llevar un diario de vida y anotar sus inquietudes, solo para confrontarlas consigo mismo o legarlas en un cuaderno o varios cuadernos después de su propia muerte a quien las encuentre o algún familiar, o a un muerto resucitado para que escriba un libro, porque algo se aprenderá sobre la muerte al tener que enterrar todos los días a muertos durante buena parte de su vida. Pero por fortuna, en el caso del sepulturero Josef Kinski, un "muerto", como acabo de escribir de nombre Nicolais -vuelta su alma a la vida en extrañas circunstancias-, tendrá la misión de escribir un libro sobre él basado en sus experiencias, anotaciones, elucubracioness, filosofía e ilustración, porque Josef Kinski como ya vimos, aparte de su inteligencia, es un ilustrado sepulturero, posee una buena erudición sobre el tema poco común y una biblioteca especializada en su hogar a la que recurre a menudo, por lo visto es un experto.
Tanto el narrador "resucitado" a cargo de escribir sobre el sepulturero tienen el mismo dilema sobre la muerte, es decir buscarle el sentido, "si es que lo tiene" -según Josef-, ya que la única evidencia que tenemos de ella los mortales, es que es el acabo de todo, el fin de todo, ¿y es así realmente? ¿tiene alguna razón de existir la muerte dentro del programa natural de las cosas universales, o del plan divino de Dios? Josef Kinski tiene muchas anotaciones y elucubraciones filosóficas, teológicas y metafísicas tratando de interpretar el sentido de la muerte y a veces pareciera ser un personaje nietzschano. Josef lleva un cuaderno de notas de profundas reflexiones al respecto pero nunca las ha compartido hasta que logra tomar contacto con su hermana Margareta Kinski, quien tiene una creencia sobre la muerte basada precisamente en su fe católica, lo que le lleva a creer en la resurrección de los cuerpos y almas en el día del Juicio Final anunciado por Dios en la Biblia y la resurrección de Jesús. Josef quiere ganarse el amor de su hermana, tan sola como él en la vida para compartir las existencias en esa etapa madura de sus vidas, pero sus disquisiciones sobre la muerte, de acuerdo a su filosofía respaldada con su experiencia de sepulturero y la crudeza de sus comentarios, hace muy difícil ese entendimiento fraternal, porque su hermana tiene otra opinión religiosa al respecto que no le merece duda alguna, por lo tanto está tranquila, pero ella siente pena por su hermano, por la vida que lleva con un trabajo tan ingrato y no sabe como ayudarle y no quiere negarle su cariño, pero tampoco quiere aceptar sus planteamientos que llega a considerar demenciales y blasfemos a veces. Ambos dos viven distantes y se comunican por teléfono y cartas. Este intercambio epistolar empleado como un recurso literario por (el autor) permite continuar el curso de la historia a través de los comunicados magistrales que se suceden semana a semana, con el tema de la muerte, desde dos concepciones distinta la del ateo y del creyente y aquí la obra adquiere una dimensión extraordinaria porque cada carta, cada nota es una reflexión magistral sobre la muerte. Y la relación de los hermanos se puede seguir a través de estos mensajes de acuerdo a como presenten sus inquietudes al respecto, y cada uno defiende sus posiciones contraatacando, como si fuera una partida de ajedrez, desde el punto de vista dialéctico de sus convicciones. La novela adquiere ritmo con estas notas que se suceden en la obra y al mismo tiempo jerarquía, porque los protagonistas tienen sus propios puntos de vista, tanto originales como racionales refrendados por filósofos, teólogos y autores que han tratado el tema de la muerte y del Antiguo y Nuevo Testamentos de la Biblia. Curiosamente entre dos posiciones irreconciliables defendidas a carta cabal por dos hermanos que se quieren y necesitan, no cabe ni siquiera la posibilidad de que cedan en sus argumentos, porque mientras Margareta Kinski cree ciegamente en la resurrección prometida por Dios en la Biblia el día del Juicio Final, Josef Kinski no cree, porque él ha cavado la tumba para bandidos, criminales, ladrones, asesinos y también tiene la certeza que ha enterrado a gente pía, buena y santa y jamás, nunca, a pesar de haberlo deseado, ha visto a ningún muerto salir de sus sepulcros o levantarse de la tierra en todos los años que lleva como enterrador, por lo que su creencia y empirismo sobre la muerte se basa en que cuando alguien es enterrado será pasto de los gusanos inexorablemente.
Pero de todo eso trata esta buenísima obra y mucho más, porque hay más personajes que hacen un aporte extraordinario al libro con sus participaciones, como un colega de Josef, también sepulturero que tiene también su propia visión de los entierros y la muerte y la resurrección y la de un sacerdote cargados de prejuicios y limitaciones terrenales que pone en jaque a Josef Kinski.
Este libro de nombre Josef Kinski y la muerte, de Melker Garay, es una obra que puedo catalogar como novela-ensayo, porque trata un tema con profundidad filosófica, metafísica y teológica al tiempo que vertebra un acontecimiento, cuenta una historia que resulta creible, pese que el narrador es un muerto, cuya alma tiene la misión encomendada de contar la vida de Josef Kinski y sus experiencias sobre la muerte..
Aunque parezca una asociación de ideas estoy seguro que esta obra tendrá un amplio "nicho" de lectores, porque trata se un tema complicado como es la muerte misma, de la que no sabemos nada más que es un lamentable castigo y, una complicación divina. Aunque conviviendo con esa idea, cada pueblo, cada etnia, ha desarrollado una cultura para tolerarla. Si bien es cierto el sentido de la muerte, como la interpretaciones sociales, políticas y religiosas difieren de una cultura a otra, de una etnia a otra, de todas formas es un tema delicado; aunque hay culturas que la consideran un paso alegre a otra vida, otras la consideran una desgracia. Como quiera que sea la muerte es un paradigma a resolver ¿ y como? ¿Alargando la vida, buscando la eternidad, aceptándola como una verdad, dándole un sentido? Hay cientos de preguntas en torno a la vida y la muerte, hay escritos, ensayos filosóficos, religiones que hablan de la resurrección que llegará un día, especialmente a los justos y seguirán habiendo preguntas y escasas respuestas. Lo contrario a la muerte no es la vida, sino la eternidad.
El tema de la muerte, la idea de ella que tenemos todos, convive con nosotros que muchas veces la tratamos dependiendo la distancia en edades que tengamos de ella, bajo una enfermedad o como un asunto que tarde o temprano nos envolverá para mal y no tenemos ánimo ni tiempo para hablar de ella, de acuerdo a nuestra filosofía de "vivir la vida", visto así en nuestra cultura occidental, el tema lo dejamos de lado y no nos preocupamos de la muerte hasta que nos vamos acercando a los límites de su territorio y lo hacemos con ciertos temores que pueden provocarnos pavor.
He tenido la satisfacción de leer este libro y lo hice con cierta curiosidad para ver como podría el autor Melker Garay presentar una obra original y filosófica que pudiera entretener con reflexiones profundas y originales y de paso hacer la idea de la muerte como un trámite no traumatizante.
El libro no da ninguna receta para enfrentarse a la muerte, ni a combatirla, ni hacerse falsas ilusiones, pero sí otorga una especial comprensión o hasta simpatía hacia ella, y está muy bien construido y resulta ameno y sugestivo leerlo y es una obra inteligente original y entretenida y se permite un humor muy especial como unos pasajes muy tiernos y emotivos también. Josef Kinski y la muerte, es una obra que puede entrar en la categoría de consulta también sobre el paradigma de la muerte y me permito recomendar su lectura porque algo nos deja al respecto, cada uno sacará sus propias reflexiones y conclusiones, pero no podrá desconocer que muchas cosas cambiarán en su modo de pensar luego de disfrutar de su lectura.
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