28 de noviembre de 2011 | COLUMNA
Homenaje a Krassnoff – sin palabras
Por: Lilian Aliaga
Hasta ahora, nunca me había pasado que me costase tanto escribir sobre algo que sin embargo, me motivase tan poderosamente a hacerlo.
Y, es que cuando la semana pasada un diario publicara que en la comuna de Providencia se haría un homenaje a Miguel Krassnoff Marchenko, ex militar condenado a más de 140 años de cárcel por graves violaciones a los derechos humanos, simplemente, ¡no podía creerlo!.
Me parecía algo tan inconcebible, tan loco, tan difícil de entender que alguna persona pudiese siquiera pensar en hacer tal cosa, que simplemente me quedé...sin palabras.
Afortunadamente, no soy periodista ni escritora y me "saco el sombrero" frente a todos y todas ellas que han dedicado grandes y documentados espacios para denunciar un hecho tan aberrante.
En un principio, al conocerse que el alcalde Labbé, ex militar y compañero de armas de Krassnoff, estaba convocando a un acto en el cual se le rendiría un homenaje a este siniestro individuo, apodado por sus víctimas como "El Príncipe" , fue tal mi impresión que como ya lo dije, no tuve palabras para describirla. Además, como fue tal el revuelo causado y provocó un debate tan intenso en amplios sectores del país, di por hecho que tal cosa no se concretaría, tan absurdo e impensado me parecía. Así es que no me pareció justificado emplear tiempo y esfuerzo en especular sobre algo, a mi juicio, tan insólito como grotesco.
Pero lamentablemente, me equivoqué....El homenaje, a pesar de los anuncios de contramanifestaciones y funas, por parte de diversas organizaciones de derechos humanos y estudiantes, se realizó el lunes 21 por la noche.
No me voy a referir a los hechos en sí, pues han sido ampliamente difundidos y se encuentran en múltiples sitios, así como el triste y negro historial de su principal protagonista.
Respecto de todo esto, me llama la atención como nuevamente la soberbia le "pasa la cuenta" al presidente Sebastián Piñera, muy conocidas son sus repetidas palabras de - gobernar, solo con los mejores -, ha sido tan reiterativo en destacar que sus colaboradores son y serán personas de "excelencia"( nunca antes ese término había sido tan utilizado), que resulta tan incomprensible que una asesora presidencial haya respondido, en su nombre, a la invitación que se le hizo para el acto en cuestión, con palabras elogiosas para el homenajeado y los mejores deseos para los asistentes al evento. ¿Es que una funcionaria de excelencia, ignoraba quién era este personaje? y si así haya sido (tal vez aún no nacía en aquellos oscuros tiempos) ¿cómo es posible? que no haya indagado, ella ni alguno de los numerosos funcionarios que trabajan en revisar y responder la correspondencia que llega al presidente, antes de responder a tal invitación. Extraño... por decir lo menos.
Por otra parte, no puedo dejar de expresar mis sentimientos ante las imágenes que mostraran los noticiarios al día siguiente del acontecimiento. Y ahora sí que no tengo palabras para describir la pena y la vergüenza que me embargó, sólo les puedo contar que por una parte fue como volver a los 70: ancianas señoras de porte distinguido transformadas en "viejas grotescas" por el odio de su mirada gritando ¡¡¡ UPELIENTOS !!!!, señores de alta edad levantando "el dedo del medio" y dirigiendo provocativas sonrisas a la multitud, convocada en las afueras del Club Providencia, donde se realizó el acto.
Del otro lado de la vereda, jóvenes, hombres y mujeres enardecidos por la rabia y la impotencia ante tan aberrante homenaje, lanzando todo tipo de improperios y sustancias para ensuciarlos cuanto fuese posible. Seguro es que todos entraron al acto luciendo con orgullo las manchas de huevo, mostaza y otras como si fuesen cicatrices de guerra...
¿Habrá alguna posibilidad de reconciliación para nuestro pueblo? no quiero ser pesimista, pero no puedo dejar de pensar qué habrán sentido los hijos y más aún los jóvenes nietos de aquellos ancianos que fueron agredidos; muchos de ellos recibieron incluso golpes, de parte de gente mucho más joven enceguecida por la rabia.
Mientras sigan existiendo personas como el alcalde Labbé, incapaces de dimensionar - como autoridad - las consecuencias y el alcance que puedan tener las decisiones que toman, será muy difícil.
Tal vez sea ya tiempo que nuestras autoridades legislen sobre ciertas materias, en aras de la Libertad de Expresión (invocada por el alcalde) no debiera ser posible atropellar y pisotear los sentimientos y el dolor de nadie.
Quienes vivimos la época de la dictadura y fuimos directa o indirectamente víctimas, de ambos lados, tenemos aún un arduo trabajo por delante para tratar de erradicar el odio, que estoy segura ninguna persona con su corazón bien puesto y su mente sana quiere transmitir a sus descendientes.... Dios quiera no esté equivocada en esto también.
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