Graves incendios forestales en diversas zonas del país han dejado una estela de dolor y destrucción. Foto: gamba.cl.
16 de enero de 2012 | COLUMNA|
¿Se podrá apagar el fuego con bencina?
Por: Lilian Aliaga
A paso acelerado está transcurriendo el año 2012 y lamentablemente pareciera que todos los buenos deseos y esperanzas de tiempos mejores para nuestro país no prosperan.
Graves incendios forestales en diversas zonas del país han dejado una estela de dolor y destrucción. En el extremo sur, más de 13.000hectáreas de bosque nativo, patrimonio de la humanidad, se perdieron en el que afectó al Parque Nacional Torres del Paine. En la región de la Araucanía el fuego no solo consumió extensos bosques, sino también terminó con la vida de siete jóvenes brigadistas forestales, sumiendo en el dolor a sus familias y comunidades y dejando al descubierto las precarias condiciones en que realizan tan arriesgado trabajo.
El fuego y las altísimas temperaturas que estamos soportando por estos días, pareciera que están provocando un "recalentamiento neuronal" a muchos. Es lo único, creo yo, que puede explicar tantos desaciertos. Día a día somos sorprendidos por nuevos y quemantes dichos y entredichos: El ministro del interior Rodrigo Hinzpeter, provoca a la comunidad mapuche, al declarar "a priori" a sus miembros como sospechosos de causar alguno de los incendios forestales antes mencionados.
A la polémica desatada por el pretendido cambio del concepto dictadura por régimen militar, en los textos de estudio; se suma ahora las declaraciones del alcalde de la comuna de Ñuñoa en Santiago, Pedro Sabat hechas a una radioemisora capitalina, y en las que califica a las estudiantes que participaron en la toma del Internado Nacional Femenino, como "tontitas que dan pena " y que lo que ocurrió en dicho establecimiento durante ese período fue un "puterío"; explayándose incluso en la explicación de tan ofensivo concepto. Demás está ahondar en las repercusiones de tan lamentables palabras en el ánimo estudiantil.
Cuando el gobierno ha llegado a niveles de desaprobación históricamente nunca vistos, es extraño y resulta difícil entender que personas de su misma tendencia hagan tanto derroche de desatino, por decir lo menos. Con esos amigos ¿quién necesita enemigos?
En medio de tan ardiente panorama, la entrega del Premio Nacional de Periodismo al emblemático periodista y profesor con más de 30 años de trayectoria profesional: Sergio Campos Ulloa, de la también emblemática Radio Cooperativa, ha sido para muchos como una fresca lluvia de esperanza. Sus palabras, pronunciadas ante el Presidente de la República, quien le entregó el galardón, y autoridades, han constituido una clase magistral de valentía, honestidad y consecuencia de principios. Sin reparos, abogó por una educación pública gratuita y de calidad, por el fin al lucro en la educación; por el respeto a los pueblos originarios y por la libertad de expresión.
También hizo un sentido homenaje al equipo de su Radio Cooperativa, que seguramente desencadenó muchos recuerdos en tantos de nosotros que pasamos una parte importante de nuestras vidas, expectantes ante el característico "redoble de tambores", que antecedía a cada "flash noticioso", seguido de la inconfundible voz de Petronio Romo (Q.E.P.D.):"EL DIARIO DE COOPERATIVA, ESTÁ LLAMANDO", Manola Robles informa...., en tiempos de plena DICTADURA, no, de RÉGIMEN militar.
Personas como ellas, nos hacen renovar la fe y la esperanza en el ser humano y creer que, a pesar de todo lo malo, pueden llegar tiempos mejores en los que la verdad y la transparencia le ganen la batalla al secretismo y a la corrupción.
"El que evita ser entrevistado, el que no responde preguntas NO ESTÁ CASTIGANDO A LOS PERIODISTAS, ni menos al medio de comunicación. La situación, a mi juicio, es mucho más grave, está cercenando el derecho a la información de todos los chilenos y aplasta el principio de transparencia". Palabras del Señor Sergio Campos, en su discurso en el Palacio de Gobierno, que lo retratan a cabalidad.
URGENTE EL DIARIO DE COOPERATIVA ESTA LLAMANDO, VOZ PETRONIO ROMO