24 de diciembre 2014 | COLUMNA |
Jesús de Nazaret
Por: Víctor Aquiles Jiménez H.
¿De Jesús de Nazaret qué sabemos realmente? Los documentos históricos profanos, es decir, no cristianos, que hablan de Jesús -generalmente escritos por historiadores romanos- son escasos y se pueden resumir en pocas líneas. Sin olvidar que no existe la certeza absoluta de que sean auténticos. El resto, incluidos los evangelios y demás textos del Nuevo Testamento -escritos años después de su muerte y por personas que le conocieron, en algunos casos, de terceras personas-, pertenecen más al Jesús ideal, mítico, que al del Jesús histórico, hombre. Por eso, para muchos historiadores expertos en su vida, Jesús fue un personaje creado por los judíos disidentes, que necesitaban un Mesías que cumpliera las profecías del Viejo Testamento, pero que nunca existió realmente.
Los mismos judíos afirman (no sé si será la idea de todos los judíos) que la divinidad se encarnó en un judío de Nazaret que fue crucificado bajo el reinado de Poncio Pilato. Un judío del que no se sabe cuándo y dónde nació ni la fecha en que fue crucificado, aunque los últimos estudios parecen confirmar que la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén descansaría sobre el lugar de su muerte y enterramiento.
Volviendo a que nunca existió, suena muy fuerte escribirlo así, y es por eso que he tratado con cientos de apuntes en mi mesa de trabajo y estudios sobre su vida y obra desmitificarle, sin reconocérsele además su valor como hombre opuesto al sistema de gobierno de los poderosos, enfrentándose a Roma, y al servilismo de su país, el imperio más fuerte de Europa y el mundo en esos tiempos. Jesús -hoy en día para aquellos que le ven como un hombre común, en estas épocas de grandes cambios y transformaciones sociales, algunas muy cruentas-, pasa por un revolucionario.
Es importante destacar en este trabajo, a un singular personaje capaz de cambiar su sociedad, producir otra y proyectarse al futuro sin límites de tiempo, razas y fronteras, cuya figura mítica y sociológica es indiscutible al medir su peso y consistencia social, al asociar en este estudio su ejemplo y testimonio más demostrativo con el desarrollo de Occidente y explicar cuál es realmente el valor que posee para que hasta nuestros días sea considerada su figura novedosa a quien le descubre como un valor que no tiene semejante y qué es lo que realmente hace perdurable su función dentro del contexto religioso planetario.
Su nombre es Jesús, sin duda es el personaje histórico hermético por excelencia sobre el que más se ha escrito y del que menos se sabe desde las profecías del Viejo Testamento, hasta el día de su nacimiento, su niñez, juventud y su muerte. Es el personaje de mayor relevancia en la historia de los últimos 20 siglos, en el que todos los detalles concernientes a su vida están difusos, pocos claros o manipulados. Jesús ha opacado a las divinidades clásicas de todas las culturas de la antigüedad, aunque se nos diga que su existencia escrita en los evangelios no es otra cosa que traducciones judías de mitos egipcios. Para graficar mejor estos hechos se compara a la resurrección de Lázaro con la momia, tomada de Al-Azar-us del mito egipcio de Horus, 10 siglos antes de Jesús. Se nos dice además que Horus tenía un enemigo acérrimo llamado Sata, lo que daría por sentado la copia, ya que Jesús luchó 40 días y sus noches en el desierto con Satán, el rey de la oscuridad. Como quiera que sean estas versiones son interesantes como irrelevantes porque pertenecen a la mitología de un pueblo como el Egipto y Jesús es un personaje histórico del que hay muchas señas de su existencia real. Si Jesús no hubiera existido jamás habríamos sabido de los mitos egipcios u otras historias de la antigüedad comparativas con su vida, porque por comparaciones con él todavía éstas no acaban, un ejemplo: la vida del Che Guevara.
La lucha de los teólogos e historiadores es apasionante al respecto ya que unos se esfuerzan por explicar un mito vigente y demostrar su relevancia histórica, otros afirman sus estudios negando la existencia histórica de Jesús, aduciendo que es un mito construido con historias de la escatología egipcia. No deja de llamar la atención el siguiente detalle ¿por qué no se impusieron antes los dioses egipcios, si Egipto era la mayor potencia de entonces? En relación a Judea no hay comparación posible, ¿por qué Jesús, que no era más que una copia de la poderosa cultura escatológica egipcia se impuso hasta nuestros días en detrimento del original? ¿Por qué la apasionante vida del Che Guevara no sirve hoy para desplazar a Jesús y formar un nuevo movimiento religioso? Es una pregunta espontánea. Jesús fue un personaje real al que le agregaron elementos mitológicos de su época, basados en viejas historias del panteón egipcio. Las coincidencias no están demás, hay que considerarlas y estudiarlas porque entre el Jesús de los cristianos, o el Mesías anunciado en el Antiguo Testamento de los judíos y las similitudes con los personajes y dioses egipcios que existieron mucho antes que él son extraordinarias, como con Horus de Egipto, Mitrha de Persia y Krishna de la India, todos nacen de una madre virgen. Las coincidencias son demasiado grandes, Horus y Mitrha nacen el 25 de diciembre, también hicieron prodigios y milagros y tuvieron 12 discípulos que serían los 12 signos del zodiaco; todos resucitaron y subieron al cielo después de la muerte. Horus y Mitrha fueron llamados Mesías, Redentores e hijos de Dios. Krishna fue perseguido por un tirano que mató a miles de niños. Krishna como Jesús es la Segunda Persona de la Trinidad: El Padre el Hijo y el Espíritu Santo.
No hay otra figura humana con mayor raigambre capaz de condicionar la vida, el arte, la cultura y las costumbres de millones de personas en la Tierra que Jesús. Al mismo tiempo durante siglos en su nombre se iniciaron matanzas y persecuciones de inocentes, cruzadas, guerras santas, se erigieron hogueras inquisitoriales y se detuvo el avance de todo lo novedoso en el plano del modesto saber humano mandándose al fuego y a las mazmorras a quienes decían entender los fenómenos de la naturaleza. Miles de sus seguidores derramaron su sangre por defender la fe en él. Es también la figura individual más poderosa de la historia, y es ahí donde pretendemos poner el acento, porque ¿qué poder pudo tener Jesús, que otros hombres de mucho valor en toda la historia de la humanidad no hayan conseguido opacarle e igualarle? La historia de la humanidad está llena de grandes hombres, de revolucionarios, de líderes religiosos, hombre y mujeres, sin importar las edades de ellos, que también han dirigidos a sus pueblos, de hombres de ciencia, de políticos, de poetas y escritores prodigiosos, mas, nadie ha podido ni pretendido ser más que Jesús. John Lennon, integrante de The Beatles, dijo en una oportunidad que eran más famosos que Jesús, creando una polémica inmensa, pero no negó a Jesús.
Llama la atención que la sola mención de Jesús concita al misterio al tiempo que pareciera ser que toda la claridad del universo se manifiesta al evocarle. Esto es precisamente a que su obra y martirio es algo muy humano. El misterio está en que no hay rastros ni restos de su figura humana.
Si Jesús fuera un judío que viviera en este fin de siglo no estaría en el 1999*, sino en el 5759, que es el año actual según el calendario judío. Por contra, fue aquel hombre nacido en Nazaret el que con su existencia promovió hasta el cambio de calendario en Occidente, nuestro calendario, que comienza a partir de esa fecha de su nacimiento. Una fecha que nadie conoce con certeza.
La vida de Jesús es paradigmática, es tan poco lo que se conoce realmente de él, de su vida y de su familia, incluso lo que se conoce a través de los testimonios cristianos, que hasta las fiestas litúrgicas que la Iglesia conmemora en torno a su biografía no tienen fundamento histórico en cuanto a las fechas en que se realizan. Pero están tan entronizadas a través de los siglos de celebraciones tradicionales que las damos por válidas. Nada se sabe, por ejemplo, de la fecha de su nacimiento. Tenemos una fecha la celebración de la Navidad el 25 de diciembre. Hay estudios que afirman que ese dato fue la mera adaptación de una fiesta pagana o la transpolación de la fecha de nacimiento de antiguos dioses míticos. Nadie sabe ni el día ni el mes en que nació realmente, ni el año de su muerte que se recuerda en Semana Santa. Una fecha que, por cierto, nadie conoce con certeza.
Es una incógnita más. Una más de las muchas que rodean su vida.
De su muerte se sabe sólo que coincidió con una Pascua judía, y desde entonces se han realizado miles de estudios, utilizado medios modernos para calcular cuando fue con precisión crucificado.
En cuanto al relato de su nacimiento en Belén, nada se puede probar hasta hoy. Hasta el papa Juan Pablo II dejó perplejos a miles de fieles durante una audiencia al afirmar que no existía certeza de que Jesús hubiera nacido en Belén.
Estimados lectores, quisiera seguir escribiendo sobre la vida de Jesús, y todo lo que fue su entorno, familia, los cientos o miles de misterios que encada detalle llenan páginas de libros infinitos, pero la pretensión mía es celebrar esta fecha tan especial para millones de católicos que creen en él, no católicos también, y yo, que le tengo por un modelo de hombre, valiente, inteligentísimo, que se decía ser Hijo de Dios, y que nos decía que nosotros también tenemos el mismo Padre. Su ejemplo y enseñanzas marcaron cambios de vida y actitudes, desde su muerte cambió los calendarios de Occidente hasta el día de hoy y lo mejor de todo es que su política era de amor.
Como sea, con contradicciones históricas, con emparentamiento con la mitología antigua, en muchas extraordinariamente coincidentes, casi copiadas, la existencia de Jesús no está cuestionada, como su vida, trayectoria y muerte. Ninguna fantasía puede cambiar tanto una sociedad, por lo que cabe señalar que de un terrible asesinato en contra de un ser humano, es capaz de cambiar la historia, estando el mundo lleno de crímenes, incluso de famosos en todas las épocas, el asesinato de Jesús torturado en una cruz, fue una ejecución muy desgraciada y vil que cambió la sociedad. Ahí ya tenemos un detalle de la importancia de Jesús, de su fuerza, que hasta el día de hoy y por siempre será un ejemplo de vergüenza para unos pocos poderosos y de orgullo y veneración para aquellos humildes de corazón y mente que entienden que su sacrificio fue para darnos una lección de vida y de su resurrección después de la muerte para quienes creen en Él y en Dios.
¿Dejamos el tema hasta aquí y en otra ocasión propicia lo continuamos? Muy bien, muchas gracias por la atención prestada y que tengan una hermosa y feliz Fiesta de Navidad 2014.
· Víctor Aquiles Jiménez H. es escritor e investigador.
· Este trabajo fue escrito el año 1999, y su finalidad era darle un sentido sociológico, dada su importancia social-cultural-religiosa. Hablar de Jesús buscando fuentes, el gran esfuerzo de leer lo escrito en libros sobre su vida, a cualquier investigador le puede llevar toda la vida. Por lo que el autor se ha permitido tomar algunos tópicos y tratarlos de manera somera, "aún así apasionantes", expresa.
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