22 de abril de 2013 | COLUMNA |
El recetario de la vergüenza
Por: Lilian Aliaga
Hace unos semanas una lectora de magazín me preguntó porqué hace tanto que no escribo acerca de la contingencia chilena.
La verdad es que hace mucho que he sentido que no tiene sentido, valga la redundancia, hablar siempre de lo mismo, porque en nuestro país prácticamente desde hace un tiempo, todo sigue igual. Las mismas peleas, las mismas demandas ciudadanas, cada día más descalificaciones entre los políticos a medida que el tiempo que resta para las nuevas elecciones se acorta, llegando incluso a la grosería como ocurrió recientemente durante el proceso de votación de las acusaciones en contra del Ministro de Educación, Harald Beyer, en el Senado de la República, por parte de la ministra vocera de gobierno: Cecilia Pérez, quien no tuvo reparos en expresar "a garabato limpio" su contrariedad ante la exposición favorable a la acusación por parte del senador opositor Alejandro Navarro. Como mujer debo, con mucha vergüenza, agregar que han sido principalmente, las mujeres de este gobierno, quienes han introducido ese lenguaje en la discusión política, al menos públicamente.
Dicha votación que resultó en la destitución del citado ministro y su inhabilitación para ejercer cargo público alguno por un período de 5 años, sanción en extremo drástica, a juicio de la mayoría, pero vigente por voluntad de la propia derecha, dado que es una de las leyes de la época pinochetista y que no ha habido voluntad política de modificar, marcaría según el decir de varias personalidades del bloque político de gobierno, el "comienzo de la guerra". Como ciudadana común y corriente me cuesta comprender qué más tendremos que soportar...
La ex presidenta Bachelet enfrenta cada día mayores ataques por parte de los candidatos oficialistas, aunque todas las encuestas la siguen mostrando como la candidata presidencial con mayor adhesión ciudadana. Tanto incluso, que una encuesta reciente dice que si la elección presidencial fuese hoy, ella ganaría en primera vuelta. Sin embargo es constantemente acusada y denostada por políticos de gobierno que critican reiteradamente, entre otras cosas, su...falta de liderazgo!!!
Hoy, sin embargo, quiero unirme al sentimiento de indignación de un gran número de compatriotas ante lo que considero una grave ofensa a quienes ya tienen bastante de menoscabo y denigración, como son los más pobres de mi país. Es que cuando me enteré no lo podía creer: El ministro de Planificación y Desarrollo Social, y ex candidato a la presidencia de la República, señor Joaquín Lavín convocó a varios y reconocidos chefs para que elaborasen un RECETARIO SALUDABLE, para enseñar a las familias más vulnerables, como se acostumbra decir ahora, en lugar de POBRES, a preparar comidas para cuatro personas con la exigua suma de... $2.000 !!!, sí, 4 dólares. Este recetario dado a conocer con "bombos y platillos" hace unos días, será repartido de manera gratuita a 10.000 familias "vulnerables".
Hay quienes defienden esta iniciativa elogiando la buena voluntad del señor Lavín al intentar llevar a cabo acciones en beneficio de lo más desposeídos pero cabe preguntarse ¿es esa una acción concreta para avanzar en lo realmente importante, como es disminuir la brecha de la vergonzosa desigualdad existente en nuestro país?.
Yo, que acostumbro a ir a la feria de verduras cada vez que puedo, y que vivo inserta en una comunidad donde la pobreza es real y concreta, pienso que los pobres no necesitan que se les enseñe a vivir su pobreza, yo creo de eso, ellos pueden dar cátedra acerca del tema. Es habitual ver a las mujeres más modestas cargando grandes atados de acelgas y eligiendo con pinzas las verduras de menos valor monetario. Afortunadamente, en nuestro país los vegetales siguen teniendo precios relativamente bajos, aunque hasta eso en el último tiempo está cambiando y ya nos estamos acostumbrando a las importantes alzas en los precios de las apetecidas cebollas, tomates y de varias otras verduras y frutos históricamente de consumo popular, pues son ingredientes de las comidas más tradicionales de nuestro pueblo.
Pero, ¿es razonable pensar que gente que habitualmente desempeña los trabajos más duros y por tanto requerirían de una alimentación "más contundente" puedan pasar el día, - todos los días -, alimentándose de guisos en base a verduras por muy saludables que estos sean?
Sé que el tema da para mucha discusión, especialmente hoy que están tan en boga las dietas vegetarianas, pero es muy distinto adoptar una dieta de este tipo por opción, que hacerlo porque el presupuesto no permite otra cosa, y lo más importante, agregarle el correcto valor nutricional a una dieta de este tipo la hace de todas maneras mucho más onerosa. Pero eso ya es harina de otro costal y al parecer, y por desgracia, en este caso la correcta nutrición no es un tema que desvele a nuestras autoridades.
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Una de las ingeniosas recetas con que el pueblo ha respondido al recetario de Lavín. |
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